“¿Ya se pusieron la mano n el corazón? ¿Ya pensaron en sus vanidades y ambiciones”, dijo el exdiputado Alberto Salom susurrando y paseando la mirada por el auditorio.
Frente a él, unos 60 militantes del PAC que quieren ser diputados y que pagaron ¢200.000 para estar aquí.
Detrás de ellos, un grupo de miembros de la asamblea general que dentro de una semana decidirá quién sí y quién no aparecerá en las papeletas el 2 de febrero del 2014 representando la segunda fuerza política del país.
Salom hablaba como tratando de hurgar en la conciencia de los aspirantes. ¿Tienen un lunar en sus vidas privadas? ¿Son ustedes serviciales y solidarios en su vida cotidiana? Así preguntaba dejando silencios que nadie aprovechó para responder en voz alta.
“El sacrificio es muy alto. El que no quiera, coja su valijita y se sale solo, como dicen en el fútbol”, apuntó el exdiputado y mano derecha del candidato presidencial, Luis Guillermo Solís.
Frente a él, la mayoría de los 60 participantes lo miraban atentos, intentando digerir las frases provocadoras de alguien que ya pasó por ese puesto que todos quieren.
Era parte del “curso intensivo de formación política” en el hotel Irazú. Le llaman también “escuelita”, a veces con aprecio y otras veces con sarcasmo (no “desprecio”, como se dijo ayer en la información de este diario sobre la actividad).
¿Están seguros? Salom hablaba desde su experiencia como legislador en los tiempos ardientes del TLC. Por ratos, su charla era como un testimonio de vida y la capacitación se asemejaba entonces a los cursos prematrimoniales. ¿Está seguro de que la quiere? ¿Cuáles son sus sentimientos? ¿Hasta dónde llegaría por la fidelidad? ¿Ya sabe qué hacer en momentos de crisis? Muchos recordaban conflictos recientes sin mencionar nombres.
El auditorio, con gente de las siete provincias, por ratos tomaba nota, por ratos escuchaba absorto y casi en ningún momento se levantaba de su silla.
En un instante, durante una charla sobre medio ambiente, un aspirante se asomó a la puerta del salón, respiró, y dijo a otro una frase como excusa: “es que está muy técnica la charla”.
Era cierto, pero este es el PAC. Estas 25 horas de capacitación son requisito para todos los probables candidatos a diputado. Los únicos que no deben hacerlo son los que lo han hecho en el pasado, los que ya han sido diputados o los siete que Luis Guillermo Solís escoja a dedo.
Entre estos siete aspirantes podría estar el excandidato Ottón Solís, una solicitud de algunos asambleístas que el candidato presidencial aún sopesa y que deberá resolver en menos de seis días.
Ottón Solís fue la víspera como charlista y, como Salom, también llenó de advertencias a los aspirantes. Una de sus frases fue “ser diputado es horrible” por el sacrificio, pero Salom ayer la matizó: “no lo es si ustedes llevan una ilusión”.
Ayer la primera conferencia estuvo a cargo de Sergio Alfaro, exdiputado alajuelense que también figura como posible candidato para estos comicios.
Les habló de la dinámica legislativa como Gloria Valerín les habló de control político el viernes y como el periodista Carlos Alvarado habló de “manejo de situaciones límite”, sobre todo con la prensa.
“Porque con seguridad vendrán las crisis”, les dijo Alvarado. De nuevo, una frase de curso prematrimonial ante 60 pretendientes.
Ya antes habían escuchado de boca de Salom los siete pecados capitales en este “matrimonio” con una curul del PAC. El primero de ellos: lavar afuera los trapos sucios de la casa. El último: abandonar los postulados del partido.
Hoy domingo escucharán al diputado Juan Carlos Mendoza y a quien lo derrotó en la convención de julio, el candidato Luis Guillermo Solís. Perderse el clásico de fútbol Saprissa-Alajuelense talvez sirva como una pequeña prueba.