El Gobierno admitió ayer que la compra de dos carros de lujo para la Presidencia fue una decisión errada por parte de la Proveeduría de dicha entidad y responsabilizó a la Administración anterior.
El ministro de Hacienda, Fernando Herrero, aceptó ante la prensa que sería “una mala señal” que Presidencia compre vehículos lujosos en medio de la crisis fiscal, por lo que se trata “un error que hay que corregir”.
No obstante, el ministro de Comunicación, Roberto Gallardo, señaló ante consulta de
Según Gallardo, los dos Audi A6 (modelo 2011,
La Corporación Motortec, empresa que ganó la licitación, se negó a recibirlos y ahora se baraja la posibilidad de rematarlos o entregarlos como pago para adquirir autos de menor costo.
Gallardo aseguró que ambos automóviles costaron ¢41.5 millones y que la agencia entregó carros de la clase A6 como una “cortesía”, pues habían solicitado dos A4, una línea de costo inferior.
Según explicó el Ministro en su
Sin embargo, ayer dijo que se reunió con personeros de la Proveeduría de la Presidencia, quienes le indicaron que no eran para algún funcionario en específico.
Aunque el cartel de licitación se publicó el 3 de setiembre del 2010 y la compra se concretó a finales del año pasado, Gallardo achacó la compra a la administración del expresidente Óscar Arias
El ministro indicó que, al llegar a Zapote, Chinchilla solo revisó las partidas que le interesaban. Por lo tanto, la Proveeduría de Presidencia continuó con la ejecución del presupuesto aprobado en el 2009.
“No fue el gobierno de doña Laura el que ordenó la compra de estos vehículos”, aseveró.
La adquisición de los dos Audi se efectuó en momentos en que la presidenta Chinchilla anunció que el país se encuentra en una crisis fiscal, por lo cual impulsa la aprobación de una reforma tributaria.
Además, esta Administración anunció un recorte en el gasto público para aliviar el caos presupuestario.