El embajador de Costa Rica en Nicaragua, Javier Sancho Bonilla, considera que es necesario que el país retome las negociaciones bilaterales con esa nación y active las comisiones mixtas que han estado inactivas durante casi ocho años.
Sancho cree que se deben dejar de lado las diferencias limítrofes de ambos países para avanzar en temas de cooperación fronteriza, seguridad, combate al crimen transnacional y migración.
“Esas diferencias están ya donde deben estar. Esperamos el fallo del alto tribunal. Costa Rica ya ha dicho que respetará la decisión de la Corte Internacional de Justicia”, dijo ayer el embajador, refiriéndose al diferendo que mantienen Costa Rica y Nicaragua por isla Calero.
El gobierno de Luis Guillermo Solís anunció que mantendrá a Sancho al frente de la embajada en Nicaragua.
El diplomático, de 65 años, fue enviado a Managua por la administración Chinchilla hace dos años, en un momento dificil de las relaciones entre ambas naciones.
El nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Manuel González, explicó que la decisión de prolongar el nombramiento del embajador se fundamenta en su “buen trabajo”.
“No vemos necesidad de hacer ningún cambio”, dijo González.
El canciller aseguró que tomó en cuenta el hecho de que hay “temas sensibles” en las relaciones con el país vecino, que el embajador ha venido tratando durante su gestión.
Sancho se mostró complacido con esta decisión. “Me siento honrado, comprometido y estimulado. La confianza me motiva a seguir trabajando”, dijo el diplomático.
“Todavía se puede hacer mucho aquí. La diplomacia está para eso. El reto es mantener una relación amigable y reactivar el diálogo para temas importantes entre ambos países”, agregó.
Javier Sancho es diplomático de carrera desde 1974. Fue embajador en Corea, Brasil y la Organización de Estados Americanos (OEA). Se desempeñó como director de Política Exterior y director de Protocolo de la Cancillería. También presidió la Comisión Calificadora del Servicio Exterior y lideró la Asociación Costarricense de Diplomáticos de Carrera. Durante su gestión, logró reestructurar los servicios consulares en Nicaragua y consiguió que la Cancillería adquiriese un inmueble donde está la sede de la embajada, entre otros proyectos. Colaboró la periodista Alexandra Araya.