El Niñito Dios se adelantó una semana para los afortunados compradores del número 39 con la serie 180, que resultó ayer favorecido con el premio mayor del sorteo navideño de la Junta de Protección Social (JPS).
Los ganadores, cuya identidad anoche permanecía en el misterio, se repartirán una bolsa de ¢400 millones distribuidos en cuatro enteros de 40 billetes cada uno. Esto representa ¢2,5 millones por pedacito y ¢100 millones por plana.
Es la primera vez que el número 39 aparece en los registros del gordo.
La JPS informó de que las cuatro emisiones favorecidas fueron retiradas por la Cooperativa Nacional de Vendedores de Lotería y Servicios Múltiples (Coopelot) que, a su vez, las entregó el 2 de noviembre entre siete de sus 328 asociados.
Dos enteros fueron asignados al matrimonio integrado por Roberto Fernández Segura y Flory Rodríguez Rodríguez, vecinos de Canoas de Alajuela, quienes tienen un puesto de lotería en el mercado central de esa ciudad.
Esta pareja, que fue visitada anoche por La Nación, reconoció que vendió ambos enteros al dueño de una joyería alajuelense quien, al parecer, vive en San José. Sin embargo, se negaron a revelar su nombre.
Al cierre de edición no había sido posible localizar a esta persona ni a ninguno otro de los ganadores.
Benedicto Ramírez, gerente de Coopelot, puntualizó que otro entero fue entregado a Franklin Fallas Sanabria, vecino de Alajuelita, y el cuarto se repartió en tiras de 10 billetes entre otros cuatro vendedores.
El segundo premio del sorteo navideño --¢20 millones (¢500.000 por pedacito)-- correspondió al número 76 serie 338 y el tercer premio --¢10 millones (¢250.000 por fracción)-- fue para el número 96 serie 931.
La JPS indicó que los jugadores de lotería tuvieron opción a ganar, en total, ¢1.627.960.000.
Expectación
Conforme se acercaba la hora señalada para el inicio del sorteo (5 p.m.), los vendedores de lotería, jugadores y personeros de la JPS se acercaron a los alrededores del quiosco del Parque Central de San José para seguir las incidencias.
Las dos tradicionales ánforas plateadas empezaron a girar a las 5:05 p.m. y solo 24 minutos después los altavoces confirmaron, en medio de la decepción de muchos y el jolgorio de unos pocos, el número y serie del gordo.
Horas antes, las personas que de última hora decidieron comprar lotería se encontraron con la desagradable sorpresa de que algunos especuladores estaban tratando de hacer su "agosto" con los últimos billetes.
Oficialmente el pedacito valía ¢175, pero varios vendedores lo ofrecían a ¢200, ¢250 y hasta ¢300. Lo mismo ocurrió con el entero, el cual costaba ¢7.000, pero hubo quienes lo expendían en ¢10.000 o más.
Pese a esta situación, la venta de billetes resultó bastante exitosa.
La presidenta de la JPS, Kyra de La Rosa, informó anoche de que solo fueron devueltos 2.495 enteros de los 400.000 emitidos, es decir, apenas un 0,6 por ciento del total de lotería puesta en circulación el 1°ree; de noviembre.
Benedicto Ramírez, gerente de Coopelot, explicó que los cuatro enteros del premio mayor forman parte de un lote de 60.700 billetes que retiró su corporación. Agregó que se logró realizar una venta de ¢424.900.000 .
Ramírez tuvo que trasladarse intempestivamente desde su casa, en San José de la Montaña, a su oficina en San José para atender las consultas de la prensa sobre la identidad de los vendedores del gordo.
La JPS confirmó que los enteros del segundo premio por ¢20 millones fueron retirados por cuatro chanceros.
Se trata de María Luisa Bolaños Acuña, vecina de San Miguel de Desamparados; Gerardo Céspedes Sanabria, de Pacayas de Alvarado (Cartago), Elena Herrera Conejo, de San Francisco de Dos Ríos, y Enrique Montero Ovares, de Hatillo.
La suerte esperó 24 minutos
El ambiente de expectativa se palpaba desde las primeras horas de la tarde en el Parque Central de San José, donde la Junta de Protección Social de San José (JPS) efectuó ayer el sorteo extraordinario de la lotería de Navidad. Pero la esperada aglomeración en el lugar no se suscitó pues, aunque hubo bastante público, no se abarrotó el parque.
Con cinco minutos de retraso, consumidos en afinar los últimos detalles y en el discurso de la presidenta de la JPS, Kyra de Castillo, a eso de las 5:05 comenzó el sorteo número 3.339. El primer número que salió fue el 29 con la serie 496, que obtuvo un premio de ¢170.000.
Tras 24 minutos de sorteo, a las 5:29 p.m., la alcaldesa de faltas y contravenciones, Sonia Mayela Mora Arias, cantó la cifra esperada: ¢100 millones. El gordo navideño favoreció a los poseedores del número 39 con la serie 180, y apareció cuando se jugó el premio número 41, de los 102 que componían el sorteo.
Luego vinieron las cábalas. La primera a la vista fue que el número del mayor era igual a las dos últimas cifras del número del sorteo.
Especulación
Las personas que, a última hora, decidieron comprar lotería se encontraron ayer con que había especulación por doquier.
Oficialmente el pedacito valía ¢175, pero varios vendedores lo ofrecían a ¢200, ¢250 y hasta ¢300. Lo mismo ocurrió con el entero, el cual costaba ¢7.000, pero se vendía a partir de ¢10.000 en adelante.
Algunos como Róger Córdoba, vecino de San Antonio de Belén, Heredia, decidieron no "pagar caprichos" y prefirieron hacer fila en la Junta de Protección Social (JPS) en San José. Allí, gente de todos los sectores sociales hizo lo mismo.
Hasta un reconocido médico del Calderón Guardia --quien pidió no ser identificado-- se sumó a la cola para comprar el núnero que coincide con su edad: 49.
Ayer al mediodía en las calles del corazón de San José y el distrito capitalino de Zapote, así como en Desamparados y Guadalupe de Goicoechea, aún quedaban pocos vendedores ofreciendo a los impacientes compradores los números menos apetecidos: 07, 12, 70, 80 y el 90.
Muy escurridizo
Nunca benefició antes a sus seguidores en un sorteo navideño y tampoco ha sido frecuente su aparición en los sorteos de domingo, pero el 39 al fin le trajo la suerte a los jugadores de lotería.
De acuerdo con los registros históricos de la Junta de Protección Social de San José (JPS), ese número nunca había salido en un sorteo navideño. Así lo determinó el estudio del departamento de Informática.
Además, en sorteos corrientes ha salido como premio mayor el 26 de mayo de 1991, con la serie 489; el 8 de noviembre de 1992, con la 785; el 29 de noviembre de ese mismo año, con la 708, y el 6 de diciembre, también de 1992, con la 634, según un análisis preparado por María del Pilar Rodríguez, de la JPS.
Pero tras esas apariciones, muy seguidas en 1992, el 39 se volvió a esconder y desapareció de la escena en los premios de importancia.
En el sorteo de ayer, de los 102 premios en juego, el 39 salió en cinco ocasiones, incluido el gordo, que consistía en ¢100 millones para cada uno de los cuatro enteros que se vendieron.
Ese número apareció ayer con las series 692, 316 y 769 para pagar en cada caso ¢170.000 y una vez con la 424, con un premio de ¢350.000.
En Cartago quedó segundo premio
El vendedor Gerardo Céspedes, de Pacayas de Cartago, distribuyó en esta cabecera del cantón de Alvarado un entero del número 76 con la serie 338, ganador ayer del segundo premio de ¢20 millones.
Ayer, Céspedes no recordaba si el comprador o compradores fueron vecinos del pueblo o turistas que llegan al lugar.
Este vendedor es casado, tiene seis hijos y es miembro de la Cooperativa Nacional de Vendedores de Lotería y Servicios Múltiples R.L. (Coopelot) -entidad que retiró los cuatro enteros del premio mayor-.
De 45 años y con 7 años de vender lotería, era el centro de atención ayer en su pueblo. Se le encontró en una soda del lugar, rodeado de gran cantidad de personas y en un ambiente de misterio.
Afirmó anoche que vende sólo en el centro de Pacayas y que el entero del 76 lo retiró la semana pasada. En total vendió 150 enteros para el sorteo navideño de ayer.
Entregaron suerte
Pero Céspedes no fue el único que hizo millonario a más de uno. También repartieron la suerte Carlos Muñoz Elizondo, quien vende en Moravia, lugar donde habita, y es conocido como "Wally".
Ayer, cerca de las 11 p.m, don Carlos comentó que el vendió el entero fraccionado y no recordaba quiénes se habían llevado la suerte.
Muñoz tiene un puesto de venta de periódicos de La Nación en el centro de Guadalupe de 6:30 a.m a 12 p.m y ahí también aprovecha para vender la lotería. Este vendedor acostumbra dejarse el número 38.
También Ramón Alvaro Padilla, de 59 años, padre de siete mujeres y dos hombres y vecino de Lomas de Ocloro de San José vendió el "gordo navideño", premio que varias veces ha entregado, según relató.
Por su parte, Franklin Fallas Sanabria, repartió el premio mayor en los bajos del Banco de Costa Rica, sobre avenida central, cerca de tienda La Gloria.
José María Barrantes Pineda repartió suerte en la Coca Cola, Ramón Padilla Salazar, en el mercado de plaza Gónzalez Víquez y Víctor Barquero Portilla en varios lugares pues es ambulante.
Los esposos Roberto Fernández Segura y Flory Rodríguez Rodríguez entregaron a una sola persona dos enteros con el premio mayor en la esquina noreste del mercado de Alajuela.