La Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) acudió a más de una decena de instituciones para solicitar criterios sobre el estudio de impacto ambiental presentado por APM Terminals para la construcción de la nueva Terminal de Contenedores (TCM) de Limón.
Lo hizo al reconocer que este tipo de análisis son superiores a su capacidad, dada la envergadura del gigantesco proyecto holandés.
El estudio presentado por APM –elaborado por el Centro Científico Tropical– se analiza bajo el expediente 7968-12. Ingresó a Setena en abril del presente año y todavía no ha sido resuelto.
Entre las entidades consultadas por Setena figuran la Universidad Nacional, la Universidad de Costa Rica, el Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos, el Instituto Meteorológico Nacional, el Colegio de Sociólogos y el Ministerio de Ambiente y Energía.
“Por ejemplo, en ingeniería de puertos nosotros no tenemos un profesional en esa área; los tiene Japdeva o los tiene el Ministerio de Obras Públicas y Transportes. Por eso les pedimos criterio a ellos, porque son ellos los que saben de esa materia”, indicó Uriel Juárez, secretario general de Setena.
“Nosotros tenemos una limitante en cuanto a personal técnico para atender las necesidades de los diferentes proyectos. De allí las consultas a las diferentes instituciones para que nos colaboren”, añadió el jerarca.
De acuerdo con datos suministrados por Setena, en la actualidad, cuentan con un equipo de 13 profesionales para evaluar proyectos, cuando lo ideal sería tener a 20.
Razones. Esaú Chaves, director técnico de la Secretaría, enfatizó que las solicitudes se hacen con el fin de afinar el criterio que se emitirá sobre el estudio de impacto ambiental y porque es el primer megaproyecto que evalúan.
“Es el primer proyecto de esa envergadura que llega a Setena y eso requiere cuidado”, dijo Chaves.
En opinión del funcionario, esperan que los entes consultados den respuesta a finales de octubre.
Una de las instituciones que ya se pronunció con respecto al tema es la Escuela de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional (UNA). William Fonseca, su director, explicó que ellos realizaron una revisión de forma y no de fondo, pues no cuentan con los recursos y el tiempo necesario para hacer comprobaciones de campo.
El informe –del cual La Nación tiene copia– fue elaborado por una comisión dirigida por el investigador universitario Igor Zúñiga.
El documento de la UNA concluye: “Como Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional, consideramos que el estudio de impacto ambiental cumple con los términos de referencia establecidos por Setena”.
Además, hacen seis recomendaciones, entre ellas crear un documento para enlistar los beneficios del proyecto frente al costo de no desarrollar el megapuerto.
“Yo creo que Setena ha venido siendo muy criticada y ellos están tratando de acuerparse y buscar varias líneas de pensamiento en la evaluación”, afirmó Fonseca.
Otra de las instituciones que se pronunció hace un mes fue la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
“Hicimos dos observaciones básicas: que deben quedar claras las medidas para evitar erosión en la playa de Moín, y segundo, que deben garantizar que la nueva terminal muellera no afecte la operación normal del muelle de Moín”, comentó Allan Hidalgo, presidente ejecutivo de Japdeva.
La concesionaria dijo que respalda las consultas a Setena .