LA PRESIDENTA CHINCHILLA INVITÓ EL PAPA FRANCISCO A COSTA RICA VAT24 CIUDAD DEL VATICANO (VATICANO) 08/11/2013.- El papa Francisco (d) recibe un obsequio de la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla (i), durante una audiencia privada que mantuvieron ambos en la Ciudad del Vaticano hoy, viernes 8 de noviembre de 2013. Chinchilla invitó al papa Francisco a visitar el país tras entregarle una estola realizada a mano por mujeres indígenas costarricenses. EFE/Claudio Peri / Pool (CLAUDIO PERI / POOL)
Roma. Italia. “Está en su casa”. Con estas palabras, el papa Francisco le dio ayer la bienvenida a la presidenta costarricense, Laura Chinchilla, mientras avanzaban lento hacia la biblioteca privada del Santo Padre, en el Palacio Apostólico, en la ciudad del Vaticano, a las 10:40 a. m. (3:40 a. m. en Costa Rica).
“Me recibió diciendo que me sintiera en mi casa y me lo creí, porque es como un amigo. Uno se siente tan a gusto, que el tiempo se va rápido y uno comienza a hablar más de la cuenta”, contó la mandataria a un grupo de periodistas.
Y es que con Francisco hubo un lazo ineludible: el español. Fue precisamente la lengua común lo que permitió que la reunión fuera privada, sin la presencia del secretario personal, como ocurrió durante la visita a Benedicto XVI, en mayo del 2012.
Además, como buen latinoamericano, Francisco está menos preocupado por el protocolo y las formas que el Papa emérito alemán, quien, aunque era muy humilde, se sentía distante, dijo Chinchilla.
Según la mandataria, hubo muchos temas de conversación, pero la brevedad de la visita no permitió profundizar en alguno.
A ella le sorprendió la gran preocupación del Sumo Pontífice por el maltrato a la naturaleza, tanto que no le extrañaría que sea el tema de una próxima encíclica.
También hablaron de las iniciativas contra el comercio de armas y desarme nuclear que ha impulsado el país, así como del drama de las migraciones que Costa Rica vive como receptor de nicaragüenses.
“El papa Francisco tuvo un gesto muy hermoso. Uno se sienta a la misma mesa que usaba Benedicto y la silla que le ponen a uno es muy grande, muy pesada, entonces nos íbamos a levantar, yo no podía correrla, él fue quien corrió la silla para poderme levantar”, narró.
El Palacio Apostólico bien tiene puesto su nombre, pues está lleno de aposentos amplios de techos altos y repleto de obras de arte. Aquí todo es silencioso y controlado, en contraste con el caos que se vive afuera, donde miles de turistas hacen filas como hormigas movidos por la fe o la curiosidad de conocer el Musei Vaticani.
Visita lejana. En el encuentro con el Papa no se firman acuerdos de cooperación ni se gestiona ingreso a ninguna organización, como ocurrió en las anteriores actividades de Chinchilla en Europa; sin embargo, en su criterio es “fundamental” porque implica acercarse a un líder mundial, que puede ayudar al impulso de ciertas políticas.
Tras el encuentro, hubo saludos para toda la delegación tica compuesta por 13 personas y luego la entrega de regalos.
La presidenta le trajo una estola elaborada por mujeres indígenas ticas para que se la ponga en un eventual viaje a Costa Rica. Sin embargo, Su Santidad considera que antes de volver a América Latina debe viajar a Oriente Medio.
“Yo creo que en algún momento irá a Centroamérica, pero habrá que ver a cuál país”, explicó ella.
El Papa tiene pendiente recibir a otros mandatarios, como es el caso de Vladimir Putin, de Rusia, quien estará el 25 de noviembre, detalló Angelo Scelzo, subdirector de prensa del Vaticano.
Concluidas las cortesías, la mandataria Laura Chinchilla abandonó el Palacio siempre bajo la mirada de los oficiales de la guardia suiza, ataviados con los vistosos uniformes que modeló el artista Michelangelo.