La escuela Bajo del Virilla, en Heredia, solo tiene una computadora para trámites administrativos. Para enseñar un video de Internet a sus alumnos, las maestras asumen la tarea con recursos propios y resulta ser una odisea.
Los 68 estudiantes de esa institución forman parte de los 177.684 niños y jóvenes que nunca han tocado una computadora dentro del aula y representan el 20% de la totalidad de matriculados en preescolar, primaria y secundaria para el 2014 (888.420, en total).
De ese grupo de estudiantes, hay quienes tienen acceso a celulares y computadoras en sus casas, con la limitación de que la tecnología se traduce en juegos, videos y acceso a Facebook, principalmente.
“Cuando no hay computadoras para enseñar, se marca una brecha digital, que limita la visión de mundo de los estudiantes. Las escuelas pobres requieren más recursos orientados a aprender con el aparato, para romper círculos de pobreza”, dijo Carlos Corrales, director de la escuela Bajo del Virilla.
Dentro de este grupo de centros educativos en rezago, la falta de infraestructura eléctrica para conectar los equipos es una de las principales barreras que atrasa la llegada de las computadoras.
Con el Programa Nacional de Informática Educativa (Pronie), conformado por la Fundación Omar Dengo (FOD) y el Ministerio de Educación Pública (MEP), pretenden llevar computadoras y tecnologías móviles (tabletas) para disminuir la brecha digital en las aulas.
Para lograr el objetivo, el MEP planteó un incremento del 33, 3% en el presupuesto de la FOD para el 2015 (de ¢12.000 millones a ¢16.000 millones), con el que llevarían equipo a 435 centros educativos.
“El programa va acompañado de formación docente para aprovechar al máximo la tecnología. El propósito es propiciar el pensamiento crítico y el trabajo en equipo”, explicó Leda Muñoz, directora Ejecutiva de la FOD.
El MEP realiza un mapa de los centros educativos que no tienen ni una sola computadora para acabar con el rezago en estos sitios.
“Es una de las preocupaciones de esta administración, así como fortalecer más las estrategias que ya existen en el 80% de centros que sí tienen computadoras. Porque puede que en ese porcentaje haya escuelas y colegios cuya población supera los 200 estudiantes y solo tienen un laboratorio para 30”, afirmó Karla Salguero, directora de Recursos Tecnológicos del MEP.
Transformar. En la escuela Bajo del Virilla, las ansias de los niños están al tope debido a que, antes de que finalice este curso lectivo, les prometieron la llegada de las computadoras del Pronie.
“Estamos muy emocionados; ya pusieron enchufes y nos va a servir para hacer presentaciones, tareas, estudiar. Hay chiquitos aquí que nunca han podido usar una computadora”, dijo Valeria Picado, alumna de quinto grado.
Ante la imperiosa necesidad de jugar con videojuegos y entrar a las redes sociales, los niños se reúnen en casas de sus compañeros, cuando carecen del medio tecnológico.
“Enseñar con tecnología abre muchas puertas; se les cambia la visión de mundo, pueden elaborar trabajo colectivo, superar las barreras sociales que les impone su entorno, pero necesitan un acompañamiento en las aulas”, explicó Montserrat Vindas, maestra de preescolar en esa institución.
La limitada velocidad de Internet también pone trabas al uso de las computadora en las lecciones.
Grupos de treinta estudiantes sufren la lentitud que implica conectar las computadoras de un laboratorio a una velocidad de dos megas por segundo o menos.
Pese a que el Ministerio de Educación Pública (MEP) tiene a 92% (4.344) de centros educativos con al menos una conexión a Internet, la velocidad en el 55% de ellos (2.400) es inferior a 2 megas por segundo.
Es recreo y una tableta concentra la atención de un grupo de cinco. Al sonar el timbre, los espera un aula aún sin computadoras.