004 Primera piedra UNA
Fue en medio de una campaña política y la nostalgia de la vieja Escuela Normal y sobre la base de la Escuela Normal Superior, que se concibió por primera vez la Universidad Nacional Autónoma (UNA), a inicios de los 70.
“El candidato José Figueres y los virtuales ministros de Educación, Uladislao Gámez, y de Planificación, Óscar Arias, heredianos de cepa los dos, empezaron a hablar de una universidad pedagógica con sede en Heredia”, recordó el exdiputado y miembro fundador de la UNA, Francisco Morales.
El concepto evolucionó hasta convertirse en una universidad, la segunda del país, y el proyecto de ley para su creación recibió el aval de los diputados en febrero de 1973.
Pese a la fuerte identidad herediana, desde sus inicios la UNA se proyectó a las zonas rurales y tiene cinco sedes regionales: Pérez Zeledón, Coto (zona sur), Nicoya, Liberia, Sarapiquí, y una sexta compartida en Alajuela.
Esta visión inclusiva se mantiene vigente cuatro décadas después de su fundación, afirmó la rectora, Sandra León, tras las celebraciones de la semana pasada: “Los estudiantes de áreas rurales y de distintos segmentos de ingresos están muy bien representados en la población que entra a nuestra universidad. En las zonas regionales como Sarapiquí, casi un 80% de los alumnos tienen beca”.
“Conseguimos un sistema de becas bastante avanzado y luchamos mucho por la estrategia de ingreso, que incorporó cuotas por región, muy distinto al sistema de la UCR donde todos hacen el examen en las mismas condiciones”, agregó Quince Duncan, escritor y exprofesor de la UNA que ayudó a fundar la Federación de Estudiantes.
Gracias a estos esfuerzos, el 81% de la matrícula del 2013 corresponde a estudiantes provenientes de colegios públicos. Asimismo, para este año el presupuesto para becas es de ¢4.729 millones, más del doble de los recursos disponibles en el 2009.
Entre los logros más importantes de la UNA, León resaltó los aportes de la Escuela de Medicina Veterinario, primera del país; la creación del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) y la investigación de la Escuela de Química en nanomedicina para combatir el cáncer.