La CCSS mantiene en suspenso el fallo respecto a una recomendación de un informe del 2008 que pidió sancionar a seis funcionarios por anomalías en el proceso de compra y mantenimiento del primer acelerador lineal de la institución –el Siemens–, adquirido en el 2003.
El documento, del cual
El informe fue recibido por las autoridades de la Caja el mismo año de su publicación, y de inmediato fue remitido al Centro para la Instrucción del Procedimiento Administrativo (CIPA), órgano que después de dos años todavía no emite la resolución, según información de la propia CCSS.
Precisamente, el CIPA tiene pendiente desde hace siete meses la resolución al caso de 15 incapacidades otorgadas en un mismo día a igual cantidad de sindicalistas del puerto de Moín, en Limón.
Respecto al acelerador Siemens, este está dañado desde el 13 de setiembre. La falla es una entre varias decenas reportadas.
También se cuestionó la labor de tres integrantes de la Gerencia Médica, entre ellos el jefe del Departamento de Ingeniería y Mantenimiento del Hospital México, Pedro Argüello. Los otros dos implicados de esa dependencia son los asesores legales de la Oficina de Compras del hospital, Rubén Alvarado y Benigno Sánchez.
Sobre el tema de las fallas en el mantenimiento de los aceleradores lineales (se incluye el de la marca Varian), Gabriela Murillo, gerente de Infraestructura, dijo anoche que la institución determinó hacer “una investigación exhaustiva” al respecto, con la conformación de una nueva comisión.
El grupo investigador deberá quedar instaurado en un plazo no mayor a cinco días, dijo Murillo.
La respuesta de la gerente llegó horas después de que fuera citada por la Casa Presidencial.
Murillo indicó que la comisión –que deberá investigar los mismos sucesos indagados en el 2008– recibiría la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y del Organismo Internacional de Energía Atómica.
El propósito es “identificar las causas y establecer, a la brevedad posible, las medidas correctivas pertinentes”, afirmó Murillo.
Según el documento, las fallas iban desde inconvenientes eléctricos hasta daños en “piezas fundamentales”.
Muestra de ello –señaló la comisión– es que a los nueve meses de estrenado el acelerador, solo en 21 días funcionó adecuadamente. Debido a ello, en ese período se suspendieron 1.295 sesiones contra el cáncer.