Cuatro médicos del Servicio de Radioterapia del Hospital México deben decidir si siguen trabajando para ese centro médico o para una clínica privada que le vende tratamientos de acelerador lineal a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Así lo determinaron las autoridades de la institución luego de hallar la existencia de un “conflicto de intereses” con cuatro radioterapeutas, pues además de que laboran para el hospital, también lo hacen para Radioterapia Irazú, firma a la cual el Seguro Social compra tratamientos para combatir el cáncer.
Aunque no trascendieron los nombres de los funcionarios involucrados, uno de ellos es Álvaro Suárez Arias, jefe de Radioterapia del México. La información la confirmó el director del México, Douglas Montero Chacón.
El jerarca explicó que inicialmente fueron seis los funcionarios notificados de que deben decidirse por un solo sitio de trabajo, pero en las últimas semanas dos técnicos optaron por renunciar a Radioterapia Irazú y quedarse en la CCSS.
Tanto estos como los otros cuatro radioterapeutas habían recibido las cartas hace un mes.
Consultado sobre esa petición, Suárez, quien está suspendido desde agosto, alegó que sus abogados ya presentaron una apelación al Departamento Jurídico del centro hospitalario.
Montero confirmó que los cuatro radioterapeutas hicieron ese trámite y se está a la espera de la resolución.
Hace dos meses la Caja decidió intervenir el Servicio de Radioterapia del México. El proceso se mantendrá hasta diciembre.
Con esa medida se intenta esclarecer por qué uno de los dos aceleradores que tiene la Caja, el de la marca Siemens, falló de manera constante en los últimos años. Por ejemplo, solo en el 2004 ese equipo se averió 1.336 veces.
Las indagaciones también profundizan en el análisis de nombramientos, horarios de los radioterapeutas, y el tiempo efectivo de funcionamiento de los aceleradores lineales, particularmente el Siemens, pues el otro, un Varian, no ha dado problemas.
“Antes de esa medida, el servicio no era bueno. Ahora estamos atendiendo con los mismos dos aceleradores a 122 nuevos pacientes por mes; a ese paso la lista de espera en Radioterapia se acabará en diciembre de este año o a inicios de enero”, explicó el galeno.
Montero atribuyó la bajos resultados que había con los aceleradores al “conflicto de intereses”.
Suárez no quiso profundizar en ese tema, pues alegó que no conocía las nuevas cifras que presenta el servicio que estaba bajo su mando.
No obstante, defendió que su relación laboral con el México e Irazú no representa un conflicto de intereses, tal y como lo determinaron las autoridades médicas.
El radioterapeuta señaló que pese a que de momento no está en el Hospital México, todavía sigue trabajando para Radioterapia Irazú.
Ayer no fue posible ubicar a representantes de ese centro privado, el cual está ubicado en La Uruca, en San José.
Luego se constató que mientras que para la Caja un tratamiento completo en acelerador lineal le cuesta entre $1.250 y $1.600, Irazú le cobra a la entidad $3.200 por cada paciente que le es referido.
En los últimos siete años, la Caja pagó a Irazú más de $10 millones en compra de servicios. Con ese monto la Caja habría comprado tres aceleradores lineales.
Ayer la Caja anunció la inversión de $15 millones para adquirir no solo dos aceleradores más, sino equipo para tomografías y 46 espacios para quimioterapia.
Ileana Balmaceda, presidenta ejecutiva de la Caja, manifestó que la construcción del nuevo centro lo hará la empresa Promed, que dará la obra bajo la modalidad de “llave en mano”.