El PAC incluyó dentro de la liquidación de gastos que pretende cobrar al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) los premios por unos ¢ 75,6 millones que le pagó a Iván Barrantes, quien fue estratega del hoy presidente Luis Guillermo Solís.
Los obsequios monetarios que obtuvo Barrantes por los triunfos del Partido Acción Ciudadana (PAC), en las últimas elecciones tanto en primera como en segunda ronda, forman parte de los rubros de la partida de servicios profesionales que se entregó al TSE el pasado 7 de agosto.
Según el tesorero de la agrupación, Anthony Cascante, los pagos se incluyeron porque no hubo nada anómalo en ellos. Argumentó que en los contratos se sustentan los desembolsos, con base en un modelo de remuneración por resultados, el cual es legal.
Barrantes trabajó como consejero ad honórem de Solís hasta el domingo 10 de agosto, cuando renunció al cargo, después de que La Nación revelara que al mismo tiempo que trabajaba para la Presidencia atendía otros clientes del sector privado.
Contratos. Por las elecciones del 2 de febrero, entre honorarios fijos y premios, Barrantes en total recibió ¢ 54 millones. Mientras que para los comicios del 6 de abril obtuvo ¢ 56,7 millones, es decir, que el PAC le pagó en total, por el proceso electoral, ¢110,7 millones.
Para la primera ronda, Barrantes firmó un contrato de dos meses -del 1.° de diciembre del 2013 al 2 de febrero del 2014-, por ¢ 13,5 millones para implementar una estrategia político electoral, realizar al menos cuatro talleres de capacitación y hacer un diagnóstico del estado de la campaña electoral.
Además de ese pago, se estableció que recibiría una bonificación de acuerdo al resultado del PAC en los comicios, en ese sentido se contemplaron cuatro escenarios que incluían premios desde ¢ 5,4 millones hasta ¢54 millones.
El monto menor se le iba a pagar si el PAC perdía las elecciones.
Al final, obtuvo el segundo premio más alto, de ¢ 40,5 millones, pues Solís ganó pero se requirió de una segunda ronda.
El contrato de la segunda ronda se pactó bajo la misma modalidad de la primera (sueldo base y premios), pero en esta ocasión el honorario fijo era mayor.
Se acordó pagarle ¢ 21,6 millones de sueldo fijo más los ¢ 35,7 millones por ganar los comicios con más del 70 % de los votos.
Para ese contrato no se contempló la derrota, aunque Barrantes perdió un bono extra de ¢13,5 millones, porque no logró que el abstencionismo fuera menor al 35 % del patrón electoral (fue superior al 43 %).
Barrantes argumenta que el honorario fijo de la primera ronda fue menor al de la segunda, porque en los dos primeros meses de ligamen con el PAC, la agrupación era la encargada de pagarle el apartotel donde se hospedó y el vehículo que utilizaba, así como los boletos aéreos para viajar desde Santiago de Chile donde radicaba y el servicio de lavandería para su ropa.