Washington
Un lobista ruso-estadounidense, supuesto exagente soviético, participó en la reunión de junio de 2016 entre el hijo mayor de Donald Trump, su yerno y una abogada rusa de la que creían que tenía información comprometedora sobre Hillary Clinton, informó la cadena NBC el viernes.
La presencia de esa persona en la reunión revelada el sábado pasado, se desconocía hasta ahora. Los participantes del encuentro en la Trump Tower el 9 de junio de 2016 fueron pues: Donald Trump Jr.; su cuñado Jared Kushner; el exdirector de campaña del candidato republicano, Paul Manafort; la abogada rusa Natalia Veselnitskaya y este hombre llamado Rinat Akhmetshin.
Diversos medios de prensa, incluyendo la NBC, señalaron que Akhmetshin era un exagente del contraespionaje soviético, exmilitar que emigró a Estados Unidos y obtuvo la ciudadanía estadounidense. También indicaron que algunos funcionarios estadounidenses sospechaban que tenía vínculos actuales con la inteligencia rusa.
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Sin embargo, el sujeto negó tales señalamientos y aseguró a la AFP que los mismos eran "maliciosamente falsos" y que "nunca" trabajó para ningún servicio ruso.
El abogado de Donald Jr., Alan Futerfas, dijo que el individuo había sido presentado como un amigo de Emin Agalarov y "tal vez amigo de Natalia". Futerfas confirmó que el hombre había asegurado que no trabajaba para el gobierno ruso y que en cualquier caso, su cliente ignoraba el pasado del ruso.
Emin Agalarov es un cantante ruso amigo de los Trump, que ayudó a organizar el encuentro.
Donald Trump Jr. reconoció esta semana que había recibido voluntariamente a Veselnitskaya con la esperanza de que le entregara informaciones del gobierno ruso comprometedoras para Hillary Clinton. Pero la abogada rusa finalmente no tenía informaciones sensibles y habría hablado de otros temas en el encuentro.
El hijo mayor del mandatario está bajo el foco de los medios por su reunión con la abogada rusa que le prometió material comprometedor sobre Hillary Clinton. La revelación de ese encuentro aumenta la presión sobre otro miembro de la familia que está en la mira de los investigadores: Jared Kushner, el influyente yerno del presidente.
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Los demócratas se rebelaron, exigiendo que Kushner, de 36 años -un alto asesor del presidente con una oficina en la Casa Blanca- sea despojado de su autorización de seguridad.
"No parece haber ningún estándar ético en la Casa Blanca", dijo el jueves la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. "La autorización de seguridad de Jared Kushner debe ser inmediatamente revocada", agregó.
Incluso algunos miembros del Partido Republicano de Trump no están muy seguros de que Kushner -quien está casado con la hija mayor del presidente, Ivanka- deba permanecer en el Ala Oeste de la casa de gobierno.
"Voy a arriesgarme con esto, pero diría que sería mejor para el presidente retirar a todos sus hijos de la Casa Blanca", opinó el representante de Texas Bill Flores a la televisión local el jueves. "No solo Donald Trump (Jr.), sino Ivanka y Jared Kushner".
Mientras que Donald Jr no tiene ningún papel en el gobierno de su padre -está ayudando a dirigir su imperio corporativo-, Kushner es uno de los asesores más cercanos del presidente.
Graduado de Harvard, también integrante de una poderosa familia de bienes raíces de Nueva York, ha estado en el círculo íntimo de Trump desde hace tiempo.
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En realidad, fue una omisión en una solicitud de autorización de seguridad del gobierno presentada por Kushner lo que llevó a la revelación de la reunión entre él, Donald Jr, el exjefe de campaña de Trump Paul Manafort y la abogada rusa.
También llevó a Donald Jr a publicar una cadena de correos electrónicos sobre la planificación de esa reunión, algo que muchos consideran la evidencia más seria de la presunta colusión entre el equipo de campaña de Trump y Rusia.
En esos mensajes de junio de 2016, Donald Jr accede a una reunión con una abogada rusa vinculada al Kremlin que supuestamente tenía información incriminatoria sobre Clinton e invita a Kushner y a Manafort a asistir.
En un documento de autorización de seguridad conocido como SF-86, Kushner inicialmente no mencionó que asistió a la reunión con la abogada Natalia Veselnitskaya, ni que se contactó con otros rusos, entre ellos el embajador de Moscú en Estados Unidos, Serguei Kisliak.
La reunión con Veselnitskaya salió a la luz después de que Kushner presentó un formulario SF-86 modificado.
Veselnitskaya confirmó a CNN y MSNBC que Kushner asistió a la reunión, pero dijo que estuvo allí por sólo "siete a 10 minutos" y que de todos modos ella nunca había propuesto entregar información perjudicial sobre Clinton.
Incluso antes de que se conociera la reunión con Veselnitskaya, los tratos de Kushner con funcionarios rusos ya estaban bajo la lupa.
Según The Washington Post, en una reunión de diciembre de 2016 con Kisliak, Kushner planteó la posibilidad de establecer un enlace de comunicación secreta y segura entre el equipo de transición de Trump y el Kremlin.
Ese mismo mes, Kushner también se reunió con Serguei Gorkov, jefe del banco Vnesheconombank y exmiembro de la inteligencia rusa. El banco, un brazo clave del gobierno ruso, está bajo severas sanciones estadounidenses.
El Post informó el mes pasado que las finanzas y negocios de Kushner estaban siendo examinados como parte de la investigación liderada por el fiscal especial y exdirector del FBI, Robert Mueller, sobre la presunta colusión de la campaña de Trump y Rusia.
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Esta semana, el grupo periodístico McClatchy informó que investigadores del Congreso y del Departamento de Justicia indagaban si la campaña de Trump ayudó a ciberoperadores rusos a bombardear los distritos electorales clave con "noticias falsas" sobre Clinton.
Kushner estaba a cargo de las operaciones digitales de la campaña de Trump. Ahora desempeña un papel importante en la configuración de la política exterior.
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos han llegado a la conclusión de que el presidente ruso, Vladimir Putin, aprobó un esfuerzo masivo para favorecer a Trump en los comicios, incluyendo el pirateo informático y la filtración de correos electrónicos embarazosos de los demócratas.
Trump ha negado vehementemente cualquier connivencia entre su campaña y Rusia y ha afirmado repetidamente ser víctima de una "caza de brujas" por parte de los medios de comunicación y los dolidos perdedores demócratas.
Se espera que Kushner discuta sus contactos rusos en algún momento con el Comité de Inteligencia del Senado, que realiza una de las varias pesquisas sobre el asunto.
Pero antes de ese testimonio, los demócratas exigen acciones de inmediato.
"No está claro por qué el señor Kushner continúa teniendo acceso a información clasificada mientras estas denuncias se investigan", señaló una carta firmada por casi 20 miembros del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes enviada a la Casa Blanca el mes pasado.