EscucharSan Salvador. AFP. Una ola de sismos estremeció ayer Centroamérica, horas después de un terremoto de 7,3 grados de magnitud, que sacudió desde México hasta Panamá, dejó un muerto, viviendas dañadas y muros agrietados.
Los impactos del movimiento de la noche del lunes reportados inicialmente incluyen un muerto en El Salvador, el país más afectado y donde 14 casas experimentaron algunas consecuencias.
En Nicaragua, las autoridades reportaron daños menores en unas 2.000 casas construidas con adobe o taquezal (tierra, madera y pasto), mientras el hospital del departamento nororiental de León y algunas clínicas privadas evacuaron a sus pacientes por precaución.
El movimiento telúrico sentido en toda la región se registró a las 9:51 p. m. y se localizó frente a las costas de El Salvador, en el océano Pacífico, a unos 170 km de la capital, con una profundidad de 70 km, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
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Algunos residentes de Managua fueron llevados a refugios. | AFP (Esteban Felix)
El Centro de Alertas sobre Sunamis en el Pacífico activó una alerta en una franja costera de 300 kilómetros de longitud alrededor del epicentro, pero minutos después la dejó sin efecto.
El fallecido era un habitante de San Miguel, 135 km al este de San Salvador, a quien le cayó encima un poste del tendido eléctrico, dijo a la radioemisora YSKL el alcalde de esa ciudad, Wilfredo Salgado.
Agregó que se contabilizaron daños materiales menores en un hospital público de la localidad y casas con paredes agrietadas.
El Observatorio Ambiental salvadoreño registró 11 réplicas hasta las 6 a. m. (la mayor de 4,1 grados en la escala de Richter).
El Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales detectó 17 réplicas (la más fuerte alcanzó 5,0 grados de magnitud).
La portavoz del Gobierno nicaragüense, Rosario Murillo, declaró que no se reportaron víctimas y que los daños en viviendas son menores, según un monitoreo de organismos de Defensa Civil.
El sismo se percibió con la misma intensidad en varias ciudades nicaragüenses, incluida la capital. “Se sintió como una mecida, como cuando estás en una balsa”, manifestó Lorena Galo, habitante del barrio Monseñor Lezcano, sito al sur de Managua.
