Playa San Diego, El Salvador. AFP. Peces devoradores de larvas, insecticidas a base de frutas y tubérculos o mosquitos modificados genéticamente: los países de América Latina multiplican sus iniciativas para combatir al Aedes aegypti , transmisor del dengue, la chikunguña y el zika , que atemoriza por sus posibles consecuencias nefastas.
En playa San Diego, sobre la costa del Pacífico en El Salvador, los pececillos zambos han logrado establecer un control biológico del mosquito. La experiencia, iniciada en el 2012, se ha puesto en práctica en una veintena de poblados salvadoreños.
“Los zambos son verdaderos guerreros en el combate del zika: se comen las larvas en los barriles donde almacenamos el agua”, declara Rafael González, de 30 años, un pescador de la localidad ubicada 45 kilómetros al sur de San Salvador.
“Todos colaboran, los jóvenes me ayudan a pescar los pececillos en el estero para reproducirlos y luego liberarlos, y los adultos vigilan en sus casas los depósitos con agua”, cuenta la promotora Marielos Sosa, encargada del proyecto.
El esfuerzo salvadoreño ayudó al país centroamericano a combatir el mosquito transmisor del zika en su fase de larva, una ventaja frente a la práctica de fumigaciones masivas.
Según los expertos, la fumigación que realizan varios países de América Latina tiene alcances limitados.
“La fumigación puede ser efectiva en reducir la población adulta, pero no es tan efectiva contra otras formas del mosquito, como las larvas”, dijo Carissa Etienne, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Ese método “tiene un impacto político por ser algo visualmente llamativo, pero no estamos seguros de que realmente sea efectivo en combatir el mosquito Aedes aegypti ”, señaló.
Más ideas. Muchos años de lucha contra el dengue han dejado en América Latina otras iniciativas que recobran valor ante el reciente brote de zika, del que se sospecha puede producir microcefalia en fetos o derivar en el síndrome neurológico de Guillain-Barré.
En Perú, la bióloga Palmira Ventosilla creó en 1992 un insecticida a base de coco, yuca (mandioca), espárrago y papa que destruye las larvas del Aedes aegypti y otros vectores como el anófeles, que transmite la malaria.
El método, avalado por la Organización Mundial de la Salud , se ha aplicado en Guyana, Honduras y en varias ciudades al norte de Perú. Ahora es requerido por Uganda y Mozambique.
Mientras tanto, en Colombia se desarrolló un programa para liberar mosquitos transmisores con la bacteria Wolbachia, que anula la capacidad de transmitir enfermedades.
I niciativas similares se han probado en Brasil y Panamá con mosquitos machos alterados genéticamente para que, al aparearse, su descendencia muera en estado larvario.
El virus del Zika apareció en América Latina en el 2015 y se propagó rápidamente en la región, con casos aislados en el resto del mundo. Brasil es el país más afectado con 1,5 millón de pacientes , seguido por Colombia, con 22.600.
En apariencia inofensivo, el zika causa fiebre, erupciones en la piel y dolores articulares.