Madrid
La beatificación de 522 religiosos, en su mayoría, muertos durante la Guerra Civil española, causó divisiones tras la ceremonia religiosa en la cual el papa Francisco dio un mensaje televisado.
Este domingo, en la misa celebrada en Tarragona, este de España, fueron convocados 25.000 invitados, incluidos 104 obispos, 2.720 religiosos y unos 4.000 familiares y amigos de los beatificados, así como representantes políticos.
El papa Francisco abrió la ceremonia, presentada por los medios españoles como "la mayor beatificación de la historia de la iglesia", con un mensaje grabado transmitido por videoconferencia.
La mayoría de los beatificados murieron durante la Guerra Civil española que sacudió a esa región europea entre 1936 y 1939. Cerca de 515 eran españoles y siete extranjeros (tres franceses, un cubano, un colombiano, un filipino y un portugués).
A pesar de que la Conferencia Espiscopal de España optó por el término general de "mártires del siglo XX", las asociaciones de víctimas de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) consideran esta ceremonia como "un acto político de afirmación franquista".
"Bajo la capa de un acto religioso, la jerarquía está haciendo un acto político de afirmación franquista", escribieron en una carta reciente al papa Francisco a quien pidieron que anulara la ceremonia de este domingo.
En su reclamo, el grupo también indicó que la jerarquía católica española "olvida a las (víctimas) de la represión franquista, incluidos miembros de la Iglesia".