Bruselas
La Unión Europea (UE) aprobó este lunes una hoja de ruta para reforzar su defensa, en un contexto de incertidumbre después que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, cuestionó el compromiso de apoyo militar mutuo en el marco de la OTAN.
Ese acuerdo se produjo después de que las más altas autoridades en el campo de la Defensa y la política exterior plantearon la necesidad de que la UE se dote de un potencial defensivo mayor y de una voz más alta en los asuntos internacionales.
La decisión cuajó poco antes que el presidente estadounidense, Barack Obama, partiera en su viaje de despedida a Europa para asegurarles a sus aliados --dijo-- que la administración de Trump no descuidará los compromisos de Washington con la Alianza Atlántica.
"Empezamos este proceso mucho antes de las elecciones estadounidenses", afirmó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en rueda de prensa al término de una reunión conjunta de los ministros de Exteriores y Defensa europeos consagrada a la cooperación militar.
"Tenemos mucho potencial que todavía no aprovechamos. Hay una necesidad de fortalecer nuestro perfil de seguridad. Es lo que necesitan nuestros ciudadanos", agregó.
Por su lado, el canciller francés, Jean-Marc Ayrault, declaró: "Estamos en un mundo incierto y eso no comenzó con la elección de Trump. Europa no debe esperar las decisiones de los demás, debe defender sus propios intereses; es decir, el interés de los europeos y, al mismo tiempo, reafirmar su papel estratégico a nivel mundial".
El ministro belga de Relaciones Exteriores, Didier Reynders, describió la victoria electoral de Trump como "una posibilidad para que la UE vaya más allá. Tenemos que mejorar nuestra capacidad en defensa y seguridad".
"La UE tiene que encontrar una forma de que se oiga su voz en la búsqueda de soluciones políticas... y asegurar de que no se trata simplemente de una conversación entre Washington y Moscú, para que podamos tener de verdad a la UE en la mesa", opinió.
Reino Unido siempre se ha mostrado reticente a cualquier actuación que pudiese socavar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero, tras su decisión en junio de abandonar la UE, Francia y Alemania volvieron a la carga con sus planes de una Europa de la defensa, que ganó en importancia con la victoria de Trump.
Estos países, junto a Italia y España encabezan el bando de los partidarios de reforzar la defensa común, porque "independientemente del resultado de las elecciones estadounidenses", los europeos tienen que asumir más responsabilidades, en palabras de la titular de Defensa alemana, Ursula von der Leyen.
Los europeos deben dejar de "soñar con un ejército europeo" y aumentar su gasto militar nacional al 2% del producto interno bruto (PIB) como estipula la OTAN, consideró el ministro de Defensa británico, Michael Fallon. Reino Unido, Estonia, Grecia y Polonia son los únicos de los 22 miembros de la UE en la Alianza Atlántica que cumplen con este objetivo.
Estados Unidos asume, por su parte, los dos tercios del gasto militar de la Alianza Atlántica, lo que llevó a Trump a declarar durante la campaña que si los países europeos no aumentaban sus partidas en materia de defensa, no cumpliría con su compromiso de apoyo mutuo.
Estas declaraciones y la aparente buena sintonía entre Trump y el presidente ruso, Vladimir Putin, inquietan a un bloque que empieza apenas a recuperarse de la crisis financiera del 2008 y logró reducir a mínimos la llegada de migrantes mediante un controvertido acuerdo con Turquía.
Proyecto europeo. La hoja de ruta en materia de seguridad y defensa, aprobada este lunes, representa una de las herramientas que los mandatarios europeos acordaron en setiembre en Bratislava, sin Reino Unido, para responder a las crisis abiertas en el bloque e impulsar el proyecto europeo.
Para un diplomático europeo, se trata de "un buen texto con avances significativos" en el campo de la defensa continental, en un "contexto importante de una posible retirada de los estadounidenses".
En concreto, el acuerdo evoca el objetivo de una estructura permanente para mejor planificar y conducir las operaciones civiles y militares de la UE. Actualmente existen unas 17 que dependen de media docena de centros de mando.
La jefa de la diplomacia europea quiso dejar claro que no se trata de suplantar a la OTAN, organización con la que seguirán manteniendo una "estrecha colaboración". El documento final de la reunión no hace referencia a un eventual cuartel general como se había apuntado meses antes.
Mogherini debe presentar ahora sus propuestas sobre esta hoja de ruta "lo antes posible" para que pueda entrar en vigor "en el primer semestre del 2017", después del visto bueno de los mandatarios europeos.
Para muchos, la marcha de Reino Unido y la victoria de Trump debían representar un avance hacia una mayor defensa común europea, si bien en los últimos días varios países habían expresado sus reticencias, como Suecia, Irlanda o Austria, que una fuente europea califica como "neutrales".
Los países anteriormente en la órbita soviética parecen preferir, por su parte, el paraguas de una OTAN fuerte liderada por Washington, ante la creciente amenaza de Rusia tras su anexión, en el 2014 de la entonces península ucraniana de Crimea, precisó esta fuente.
"No ha habido grandes reticencias (durante la reunión). Y hasta las posiciones más enfrentadas con (...) avanzar han estado más suavizadas, lo que es una buena noticia", expresó la ministra de Defensa española, María Dolores de Cospedal.
El canciller británico, Boris Johnson, intentó, por su parte, calmar la incertidumbre generada con la elección de Trump, "un experto en llegar a acuerdos" que, a su juicio, podría representar una "oportunidad" para Europa.