Madrid. EFE. La hipótesis, respaldada por todas las encuestas, de que ningún partido obtenga la mayoría absoluta en las elecciones españolas del 20 de diciembre , otorga relevancia al papel que puede jugar el segundo lugar, que, por el momento, parecen ocupar los socialistas.
Todos los sondeos dan como ganador al Partido Popular (PP) (centroderecha gobernante), pero por debajo del 30% de los votos y los 130 escaños (de 350).
La encuesta de intención de voto que el 5 de diciembre publicó el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dio al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de 77 a 89 escaños, a Ciudadanos (liberales) de 63 a 66, y a Podemos (izquierda), 49.
Algunas encuestas difundidas por medios de comunicación incluso apuntan que Ciudadanos podría desbancar al PSOE del segundo puesto.
De confirmarse un PP ganador, el segundo puesto será decisivo para participar en eventuales pactos de gobierno y en esa pugna están los tres partidos que escoltan a los populares en los sondeos.
Los socialistas, que han gobernado 21 años desde 1977, ven en riesgo su posición pues cuentan con la desventaja de estar en medio de los dos partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, que intentan arrebatar votos por su derecha y su izquierda.
El candidato socialista, Pedro Sánchez, acusó a Ciudadanos y a Podemos de intentar “dañar” a su partido , después de que los líderes de ambos dijeron que el PSOE está fuera de la carrera y no puede alcanzar al PP.
“Hay un partido que puede y quiere ganar al PP, que es el PSOE, y hay otros dos partidos que han renunciado a ganar al PP y en lo que están es en dañar al PSOE” , ha reprochado Sánchez a Podemos y Ciudadanos.
En su denuncia, Sánchez cuenta con el respaldo del histórico líder socialista y expresidente del Gobierno, Felipe González, quien ha habló de “pinza” de otras fuerzas contra la suya.
A socialistas y populares se les acusa de querer mantener el bipartidismo tradicional de la política española.
Fuentes del PP han asegurado que el partido no tiene intención de endurecer sus ataques al PSOE, mientras que Rajoy repite sus críticas a los dos partidos emergentes y advierte de no apostar por los “experimentos” .
Ser segundo en los comicios implica ser alternativa al partido ganador y cobrar protagonismo en caso de que la falta de mayoría complique la formación de un gobierno y la legislatura sea corta.
Por eso, el PSOE quiere garantizar ser el referente del voto progresista, ante la amenaza de Podemos, que por primera vez rompería el techo electoral que en el pasado tuvo el Partido Comunista y su sucesor, Izquierda Unida.
Para Ciudadanos, ser el segundo partido supondría dar una imagen de centralidad entre PP y la izquierda, y hacerse visible como opción de voto moderada.
En un mitin celebrado en Málaga, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, recurrió a la imagen de una carrera de Fórmula 1 para afirmar que a su partido solo le queda por adelantar el PP, que tiene “las ruedas gastadas y le queda poca gasolina” , mientras que el PSOE “mira por el retrovisor a Podemos”.