Madrid
El partido izquierdista español Podemos se preparaba este miércoles para un enfrentamiento frontal en su congreso previsto dentro de diez días, a pocas horas de que expire el plazo para un improbable acuerdo previo entre sus dos máximos líderes, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón.
Este miércoles a medianoche concluye el plazo para la presentación de candidaturas y programas a la dirección del partido, nacido en 2014 al calor de las protestas contra la austeridad y actualmente con la tercera bancada en el Parlamento.
La pareja política formada por Iglesias, secretario general, y Errejón, su número dos, viene de lejos, ya que se conocieron como estudiantes de ciencias políticas en la Universidad Complutense de Madrid hace 14 años.
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Compartieron una fuerte complicidad en los primeros momentos de existencia de Podemos, hasta hace unos meses, pero salvo sorpresa de último minuto irán enfrentados al congreso de los días 11 y 12 de febrero, donde el partido renovará su dirección.
Pese a ello, los dos quisieron mantener cierto suspense este miércoles.
"Hay tiempo todavía", para un acuerdo dijo Iglesias a los periodistas en el Congreso de los Diputados, en Madrid.
"Hasta el último minuto hay que intentarlo", añadió Errejón, quien el lunes abrió su propia página web (www.errejon.info), una iniciativa que no parece augurar un acuerdo in extremis.
En la asamblea, en el palacio madrileño de congresos de Vistalegre, se juega ver quiénes conducen el partido. Pero sobre todo, el rumbo político que toma Podemos frente al gobernante Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy y un Partido Socialista también enfangado en una crisis de liderazgo y que quiere salvar su posición de primera formación de izquierdas en España.
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La corriente de Iglesias y la de Errejón están muy igualadas, por lo que el papel de árbitro lo tendrán a priori los anticapitalistas, que representan un 10% del partido y tienen como cabeza visible al eurodiputado Miguel Urbán.
En su programa, Errejón insiste en que para ser una alternativa creíble Podemos debe ir más allá de las protestas y el activismo callejero, y "demostrar capacidad de gobierno".
Iglesias en su programa incide en cambio en que los representantes de Podemos deben ser "activistas institucionales", presentes "en todos y cada uno de los conflictos sociales".