Berlín. EFE. El presidente ruso, Vladimir Putin, y los líderes de Alemania, Ángela Merkel, y Francia, François Hollande, marcaron este domingo una hoja de ruta para la consecución de la paz en el este de Ucrania.
Tras mantener consultas telefónicas a cuatro bandas con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, se acordó convocar una cumbre para el miércoles en Minsk (Bielorrusia) , sede de las anteriores rondas de negociación entre Kiev y los separatistas prorrusos.
De acuerdo con la Cancillería alemana, los cuatro países han trabajado sobre un amplio paquete de medidas para lograr una solución global al conflicto, que no se limite a un cese temporal de las hostilidades.
Eso sí, Putin matizó, al reunirse con el líder bielorruso, Alexánder Lukashenko, que la cumbre solo tendrá lugar si para entonces se ha logrado consensuar una serie de puntos que las partes han estado discutiendo, en alusión a la iniciativa de paz franco-alemana.
“Esperamos que (en Minsk) se tomen importantes decisiones”, dijo Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso.
Los preparativos de la cumbre arrancarán hoy a nivel de expertos en Berlín después de que en Múnich tuvieran lugar diversos encuentros informales sobre Ucrania el fin de semana en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich.
En un intento de llegar a la cumbre con todo atado, el martes tendrá lugar una reunión del Grupo de Contacto, formato de negociaciones entre Kiev y los separatistas con la mediación de Rusia y de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Además de Kiev, los representantes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk ya confirmaron su presencia.
Según los expertos, la actual iniciativa europea tiene dos aspectos especialmente positivos: la implicación de Rusia como parte del problema y del arreglo del conflicto, y la marginación de Estados Unidos, que amenaza con suministrar armamento defensivo a Kiev si continúa la actual escalada del conflicto.