Reikiavik, Islandia
Miles de islandeses, convocados por la oposición, se manifestaron por sexto día consecutivo este sábado para pedir elecciones lo antes posible, la acción se tomó luego de la publicación de los Papeles de Panamá que ya provocó la caída del primer ministro.
En la capital, los manifestantes se concentraron en la plaza Austurvöllur, ante el Parlamento, donde desde el pasado lunes se dan las protestas en un país de 320.000 habitantes.
Fue esta movilización continua, sin banderas partidarias, la que se provocó la dimisión del jefe de gobierno, Sigmundur David Gunnlaugsson, que según los Papeles de Panamá tenía haberes en un paraíso fiscal.
Su sucesor, el exministro de Agricultura Sigurdur Ingi Johannsson, cuenta solamente con el 23% de opiniones favorables, según una encuesta de la Universidad de Reikiavik.
"Después de lo que pasó esta semana, es escandaloso que el gobierno no haya expresado ningún remordimiento, que no tenga nada que decir sobre los paraísos fiscales" declaró Jorun Sigurvarsdottir, de 61 años, uno de los manifestantes".
"Todos afirman que pagan sus impuestos en Islandia, pero nada lo prueba. Y si es verdad, ¿por qué guardan ese dinero ahí (en Panamá)? Quiero elecciones ya, o al menos que nos den una fecha", añadió.
La mitad de los islandeses (51%) quiere elecciones legislativas en mayo o junio para desalojar al actual poder. Una cuarta parte (26%) está de acuerdo con el gobierno de organizarlas en el otoño boreal, y casi otro cuarto (23%) desea que la legislatura vaya a su término en la primavera boreal de 2017.
La oposición de izquierda y centrista perdió una batalla el viernes anterior al ser rechazada una moción de censura, defendida con pasión, pero en vano por sus diputados ante una derecha unida en esta circunstancia.
En enero del 2009, otro movimiento espontáneo, llamado "revolución de las cacerolas", logró a fuerza de obstinación obligar al gobierno conservador a dejar el poder.
El gobierno "no puede pretender inspirar confianza mientras no haya renovado su mandato" mediante elecciones, opinó Helgi Hrafn Gunnarsson, del Partido Pirata, la formación que avanza viento en popa con un 43% de intención de votos.
Al formar su gobierno, Johannsson ignoró los llamados a renovar la clase política e hizo cambios solamente cosméticos. Como era ministro de Agricultura, cedió este ministerio a su colega de Exteriores.
Los manifestantes piden la cabeza del ministro de Finanzas Bjarni Benediktsson, citado en los Papeles de Panamá como accionista de una sociedad en las Seychelles, y la de su colega de Interior, Olöf Nordal, socio comanditario con su marido de una sociedad en Panamá, lo que ambos ministros niegan.
Según la cadena de televisión sueca SVT, no menos de 600 islandeses están citados en los Papeles de Panamá, récord mundial en proporción con su población, según un periodista islandés asociado a la investigación.
Entre ellos están por ejemplo Finnur Ingolfsson, exgobernador del banco central y exministro de Industria, Robert Wessman, presidente del grupo farmacéutico Alvogen, y Eggert Skulason, periodista del diario DV que, por ironías de la vida, fue el primero en publicar una captura de pantalla de la lista de los 600.
La cólera de los islandeses refleja la magnitud del escándalo de las sociedades "offshore" en esta pequeña nación insular, que se recupera progresivamente de la crisis de 2008 y del derrumbe de su sistema bancario.
En este contexto, la liberación anticipada de tres antiguos directivos del banco islandés Kaupthing, condenados por delitos financieros, ha caído muy mal.
Fueron liberados tras haber purgado un cuarto de sus penas, beneficiándose de una ley que entró en vigor en marzo y que limita el tiempo de encarcelamiento.