Madrid. AFP. España y Alemania observaron ayer el primero de tres días de duelo decretados luego del accidente del avión de Germanwings que volaba entre Barcelona y Dusseldorf, en el que murieron al menos 51 españoles y 72 alemanes.
En numerosos lugares de España, incluidos el Senado y el Congreso de los Diputados, cuyas banderas ondeaban a media asta, se guardó un minuto de silencio a mediodía en honor a los muertos en la tragedia.
“El número de víctimas españolas certificadas (...) en este momento asciende a 51”, anunció el gabinete de crisis.
El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, visitó ayer una zona cercana al lugar donde se estrelló el A320 en los Alpes franceses. También asistió la canciller alemana, Ángela Merkel, junto con el presidente francés, François Hollande.
“Queremos identificar a las víctimas, repatriarlas en las mejores condiciones posibles”, manifestó Rajoy.
“Lo que ocurrió ayer (martes) es algo que sigue siendo incomprensible para nosotros”, dijo, por su parte, el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr.
Mientras tanto, el Gobierno alemán pidió cautela y tiempo para dar con las causas del accidente, mientras el país vivió ayer una jornada de duelo por los compatriotas fallecidos.
“Esperamos poder aclarar las causas, pero por el momento no nos permitimos especulaciones sobre lo sucedido”, manifestó el ministro de Transporte, Alexander Dobrindt, luego de comparecer en una comisión de la cámara baja.
El aeropuerto de Düsseldorf, destino del avión siniestrado, y la localidad de Haltern, que perdió a 16 estudiantes y dos profesoras que regresaban de un intercambio escolar en la provincia de Barcelona, fueron ayer la imagen nacional del dolor.