Moscú
El ejército ruso lanzó nuevas maniobras en la frontera con Ucrania en respuesta a la operación militar lanzada por las autoridades de Kiev contra los separatistas prorrusos en el este del país, anunció este jueves el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu.
"Unidades de los distritos militares del sur y del oeste han comenzado ejercicios", declaró Shoigu, citado por las agencias rusas. Añadió que Rusia se veía "obligada a reaccionar" ante los sucesos en Ucrania.
La tensión no cesa. Moscú, que amenazó con una intervención militar si sus "intereses legítimos" se ven amenazados en Ucrania, acusó este jueves a los occidentales de utilizar a esta exrepública soviética como un "peón en el juego geopolítico".
Desde Tokio, Barack Obama responsabilizó a Rusia del fracaso del compromiso internacional suscrito hace una semana en Ginebra, que supuestamente debía reducir tensiones entre las dos partes.
"Hasta ahora, no los hemos visto respetar ni el espíritu ni la letra del acuerdo de Ginebra", lamentó Obama en conferencia de prensa en la capital japonesa, primera etapa de una gira asiática.
"En cambio, continuamos viendo a hombres malintencionados, armados, apoderándose de edificios, hostigando a personas que no están de acuerdo con ellos, desestabilizando a la región y no hemos visto que Rusia se aparte o los desaliente", añadió el presidente estadounidense.
Si Rusia sigue ignorando el acuerdo de Ginebra, "habrá consecuencias y "nuevas sanciones", amenazó.
De su lado Rusia acusó además a Estados Unidos y la UE de haber fomentado una "revolución" en Kiev, en referencia a la destitución en febrero por el Parlamento ucraniano del presidente prorruso Victor Yanukovich, tras tres meses de violentas protestas.
"En Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea (...) intentaron llevar a cabo una nueva 'revolución de color', una operación de cambio de régimen contraria a la Constitución", declaró el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
Rusia denomina "revolución de color" a los cambios de poder como la "revolución naranja" de 2004 en Ucrania o la rosa un año antes en Georgia. Moscú siempre ha acusado a los países occidentales de haber provocado esas revoluciones en las dos exrepúblicas soviéticas.
En 2008, una breve guerra opuso Rusia a Georgia, tras la cual Moscú reconoció dos territorios separatistas prorrusos en este pequeño país del Cáucaso, Osetia del Sur y Abjasia.