Córdoba, Argentina. AFP El exdictador argentino Jorge Videla asumió “con plenitud” la responsabilidad por crímenes políticos en la dictadura militar (1976-83), en su descargo final ayer en un juicio por el fusilamiento de 31 presos políticos.
“Asumo con plenitud mis responsabilidades. Mis subordinados se limitaron a cumplir órdenes”, sostuvo Videla ante el tribunal de Córdoba un día antes de conocerse la sentencia en el juicio oral en que se le acusa junto a otros 29 represores, entre militares y policías.
En su intervención, que leyó pausadamente por 49 minutos, el exdictador de 85 años dijo que asumirá “bajo protesta, la injusta condena que se me pueda dar” y se definió como “un preso político”.
La Fiscalía pidió en noviembre la pena de reclusión perpetua para Videla, quien el 24 de marzo de 1976 lideró el golpe militar que instauró una feroz dictadura que dejó 30.000 desaparecidos, según datos de entidades humanitarias.
En el juicio oral, que se inició hace cinco meses y concluirá hoy, se reunieron pruebas suficientes “para decir que Videla fue el máximo responsable de la elaboración de este plan de eliminación de opositores que tuvo la dictadura militar”, había dicho el fiscal Maximiliano Hairabedian ante el tribunal.
“Reclamo el honor de la victoria y lamento las secuelas. Valoro a quienes con auténtico dolor lloran a sus seres queridos y deploro que se utilicen los derechos humanos con fines políticos”, sostuvo ayer Videla, al pronunciar sus palabras finales en la sala, donde estaban varios de sus familiares.
En otro sector, los familiares de las víctimas, acompañados por el Premio Nobel de la Paz (1980), Adolfo Pérez Esquivel, escuchaban el testimonio de Videla con gestos de desaprobación, pero sin que se registraran incidentes.
El juicio “es un avance importante en el derecho de verdad y justicia, donde un Poder Judicial y la decisión política de avanzar, va a establecer quiénes son responsables de estos crímenes y que esto no se repita”, dijo Pérez Esquivel.
En su discurso final, Videla apuntó contra el gobierno de la presidenta Cristina Fernández al señalar que “los enemigos de ayer no necesitan ya de la violencia para acceder al poder, porque ya están en el poder, y desde el intentan la instauración de un régimen marxista”.