El ataque ocurrido en Ciudad Victoria, capital estatal, dejó fuera del aire en la región al canal Televisa, principal cadena de televisión de México, aunque no provocó víctimas, dijo el mismo canal.
El ataque se dio en medio del fuerte despliegue de seguridad en Tamaulipas tras revelarse la masacre de inmigrantes. Retenes militares se mantenían ayer en las principales ciudades y carreteras del estado.
El carro bomba explotó 18 minutos después de la medianoche local y “afortunadamente ninguno de nuestros compañeros resultó herido”, dijo el presentador de noticias Carlos Loret de Mola al iniciar el telediario matutino.
Una fuente del canal detalló en Ciudad de México que la explosión dañó las instalaciones de la estación, que se mantiene fuera del aire en la zona.
Ninguna organización se atribuyó el ataque hasta el momento, el tercero contra Televisa en el noreste de México en menos de 10 días según Reporteros Sin Fronteras, que pidió esclarecer si hay relación entre la cobertura de la masacre y el coche bomba.
Tamaulipas, uno de los seis estados mexicanos fronterizos con Estados Unidos, es centro de una disputa entre el cartel de drogas del Golfo y sus antiguos lugartenientes de Los Zetas.
La explosión ocurrió en la capital estatal, mientras a 180 km en el poblado de San Fernando continuaba ayer el proceso para identificar a los 72 emigrantes de Centro y Sudamérica que fueron masacrados el martes en un rancho por presuntos miembros de Los Zetas.
Los cuerpos están siendo trasladados desde el municipio de San Fernando, donde fueron hallados en un rancho, hasta la ciudad de Reynosa, fronteriza con EE. UU.
Desde Reynosa, diplomáticos de cuatro países, entre ellos Brasil, Ecuador, Honduras y El Salvador, participaban en las tareas para identificar las víctimas.
El canciller hondureño, Mario Canahuati, pidió ayer a México agilizar la identificación de cadáveres como “un gesto de solidaridad”.
En tanto, el presidente Felipe Calderón confirmó ayer dos desapariciones desde el inicio de las investigaciones. Una es la de un policía en San Fernando el jueves. La otra es la de un investigador el miércoles, pero indicó que no se tiene información sobre sus muertes.
La sospecha sobre la autoría de la matanza de emigrantes recae sobre Los Zetas, grupo creado por antiguos militares de cuerpos de élite que en los años noventa pidieron la baja o desertaron para unirse al cártel del Golfo y que ahora disputan a sus antiguos jefes el control de rutas del narcotráfico.
Un ecuatoriano que sobrevivió al ataque reveló que los agresores se identificaron como miembros de ese grupo.
El despliegue militar contra el narco ordenado por Calderón, unos 50.000 soldados, es criticado por la oposición, que lo acusa de subir la violencia de los carteles, a los que se atribuyen unos 28.000 asesinatos desde que comenzó su gobierno en diciembre de 2006.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó ayer la matanza y pidió “adoptar medidas urgentes para investigar y hacer justicia, así como para proteger a los migrantes”.