Sometido a una presión internacional, el presidente sirio promulgó “una amnistía general para los crímenes cometidos durante los acontecimientos (ocurridos) entre el 15 de marzo de 2011 y el 15 de enero de 2012”, anunció la agencia oficial siria SANA.
Esta amnistía concierne esencialmente a los los que han infringido leyes sobre las manifestaciones pacíficas, la posesión de armas o la deserción del ejército.
Es la tercera vez que el régimen anuncia una amnistía desde el inicio las protestas. Ya lo hizo el 31 de mayo y posteriormente el 21 de junio.
En un comunicado, los Hermanos Musulmanes sirios aseguraron que este nuevo anuncio “no es creíble ni serio” y que el régimen trata con ello de dar credibilidad a “su utópico proyecto de reconciliación y de diálogo nacional”.
Según esta formación, unas 60.000 personas fueron detenidas desde el inicio de la revuelta.
Las autoridades anunciaron las pasadas semanas la liberación de miles de personas “implicadas en los acontecimientos y que no tienen sangre en las manos”.
El jefe de la ONU, en visita a Líbano de tres días, afirmó el sábado que la crisis en Siria --donde la represión dejó más de 5.000 muertos según Naciones Unidas-- toma un “cariz peligroso”.
En este contexto, el emir de Catar, el jeque Hamad bin Jalifa al Thani, se mostró el sábado favorable al envío de tropas árabes a Siria para “poner fin a la matanza”, en la primera vez que un dirigente árabe defendía una iniciativa como ésta.