Dadaab, Kenia. AP La sequía que golpea a Somalia es el peor desastre humanitario actual, afirmó ayer un alto funcionario de la Organización de Naciones Unidas (ONU) tras reunirse con personas que sufrieron penurias indescriptibles para llegar al mayor campamento de refugiados en el planeta.
El campamento keniano de Dadaab está repleto de decenas de miles de refugiados recién llegados, los cuales se vieron forzados a emigrar desde una amplia zona afectada por la sequía en donde confluyen Somalia, Etiopía y Kenia.
Antonio Guterra, director del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), visitó Dadaab el domingo e hizo un llamado al mundo para que otorgue un apoyo masivo a los más de 380.000 damnificados que viven actualmente en el campamento, e indicó que miles más llegan allí cada semana.
El Programa Mundial de Alimentos calcula que 10 millones de personas ya necesitan ayuda humanitaria. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) estima que más de dos millones de niños están desnutridos y necesitan de acciones para salvar sus vidas.
En Dadaab, Guterra habló con una madre somalí que perdió a tres de sus hijos durante una caminata de 35 días antes de llegar al campamento. Guterra dijo que Dadaab tiene a “los más pobres entre los pobres y los más vulnerables entre los vulnerables”.
“Casi me volví loca después de perderlos”, dijo la madre, Muslima Aden. “Los perdí en momentos diferentes del camino”.
Guterra se encuentra realizando una gira por la región para poner de relieve las necesidades urgentes que afrontan los damnificados. El jueves estuvo en el campamento etíope de Dollo Ado, el cual también está atestado.
“Las tasas de mortalidad que estamos presenciando son tres veces el nivel de los topes de emergencia”, dijo. “El nivel de desnutrición de los niños que vienen es de un 50%. Eso es suficiente para explicar por qué es inevitable una tasa de mortalidad tan alta”.
El médico Dejene Kebede, un funcionario de salud para el ACNUR, indicó que hubo 58 muertes en los campamentos durante la primera semana de julio.
La mayoría de los decesos ocurrió en la oficina de registro y en las instalaciones de transición de los campamentos de refugiados en la región de Dollo, en el suroriente de Etiopía, señaló Kebede.
“Creo que Somalia constituye el peor desastre humanitario del mundo”, afirmó Guterra.