Sídney, Australia. EFE. El Primer Ministro de Nueva Zelanda, John Key, advirtió ayer que puede tomar meses recuperar los cuerpos de los 29 mineros que murieron en el yacimiento de Pike River, uno de los peores accidentes mineros que ha sufrido el país.
Los mineros, que llevaban cinco días atrapados bajo tierra, fueron dados por muertos el miércoles tras una segunda explosión de gas dentro de las galerías.
Key explicó a la prensa que “experiencias internacionales anteriores han mostrado que la operación puede tardar unos cuantos meses, y en el interior de los pozos todavía hay elevadas concentraciones de gases volátiles”.
“El rescate tiene que hacerse de manera que sea seguro para aquellos que lleven a cabo esta misión”, añadió Key, quien se desplazó hasta Greymouth para estar con los familiares de las víctimas.
El miércoles por la mañana se logró taladrar un pequeño túnel hasta la galería, pero en cuanto se analizó el aire, los expertos constataron una cantidad excesiva de monóxido de carbono y gas metano, así como insuficiente oxígeno.
Las labores de rescate se vieron paralizadas desde el primer momento por la reticencia de las autoridades a permitir a los equipos de rescate descender a la mina por el riesgo del gas tóxico.
También fracasó el intento de que un robot articulado enseñara el camino a los socorristas.
Nueva Zelanda vivió ayer una jornada de luto debido a esta “tragedia nacional”, según Key, con las banderas ondeando a media asta.
Mientras, el Primer Ministro agregó que en las próximas semanas se establecerá una comisión independiente para investigar las causas del estallido de gas metano que el pasado viernes enterró a los mineros de Pike River.
“Necesitamos respuestas a lo que ha pasado en Pike River. Es evidente que algo terrible ocurrió y cobró la vida de 29 personas”, se lamentó el Primer Ministro.
Al confirmarse el miércoles la muerte de todos los mineros, Nueva Zelanda fue recibiendo condolencias internacionales por parte de varios dignatarios, incluyendo a la primera ministra de Australia, Julia Gillard; la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton; y de la Reina de Inglaterra, Isabel II, quien también es jefe de Estado en Nueva Zelanda.
Mientras, otra compañía minera, Solid Energy, que opera en una zona próxima a la mina de Pike River suspendió la actividad en sus yacimientos en solidaridad con las víctimas y sus familiares.