Sao Paulo, Brasil. EFE y AFP. El presidente paraguayo, Federico Franco, afirmó que el Mercosur se convirtió en un “club ideológico de amigos” y acusó a Venezuela de financiar grupos “terroristas” en Paraguay y Colombia, según publicó ayer la prensa brasileña.
Paraguay “no tiene nada contra Venezuela” y su “problema” es con el presidente venezolano, señaló Franco en una entrevista al diario brasileño O Estado de Sao Paulo .
Franco, que como vicepresidente sucedió en el poder a Fernando Lugo , destituido el 22 de junio pasado en un juicio parlamentario por el Congreso paraguayo, cuestionó la aceptación de Venezuela en el Mercosur sin la aprobación del poder legislativo de su país.
Tras seis años de espera, el ingreso de Venezuela al Mercosur fue aprobado el 29 de junio pasado en la cumbre del bloque celebrada en Argentina y ratificado el 31 de julio en una cumbre en Brasil .
Su adhesión fue aprobada por los presidentes de Brasil, Argentina y Uruguay, que poco antes suspendieron a Paraguay, tras la destitución de Lugo. La suspensión se extenderá hasta que asuma el próximo presidente tras las elecciones de abril de 2013.
Molestias. La oficialización de Venezuela como miembro pleno del Mercosur “fue una decisión totalmente política y no jurídica y por eso es absolutamente ilegal”, subrayó Franco, quien aseveró que el Gobierno de Caracas financia grupos “terroristas” de Colombia y Paraguay.
Según Franco, el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) tiene relación con la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) “que son apoyadas por Caracas”.
“Esos grupos irregulares, deplorables y terroristas, hicieron del miedo un negocio, secuestrando y matando, y en esas condiciones no podemos aceptar a Venezuela”, apuntó.
El mandatario paraguayo volvió a citar que cuando los cancilleres del Mercosur viajaron en junio a Paraguay para intentar persuadir a los legisladores de no enjuiciar a Lugo, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, se reunió privadamente con la cúpula militar paraguaya.
“Maduro quiso imponer a los militares una declaración rechazando una decisión constitucional de otro país y eso es una hipocresía”, expresó Franco, para quien el viaje de los cancilleres suramericanos “fue una injerencia”.