Amán. (AFP). Las grandes potencias instaron este miércoles al presidente sirio, Bashar al-Asad, a que se comprometa con la paz y dimita, poco antes del comienzo en Amán de una reunión de los “Amigos de Siria” , grupo integrado por países que apoyan a la oposición, para preparar una conferencia de paz internacional promovida por Rusia y Estados Unidos.
Antes del inicio de la conferencia, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, urgió a Asad a "comprometerse a buscar la paz en su país", donde más de dos años de violencia se saldaron con más de 94.000 muertos. .
Pero también dijo que "en el caso de que no encontremos un camino a seguir, en el caso de que el régimen de Asad no esté dispuesto a negociar... de buena fe, también hablaremos sobre nuestro apoyo continuado y creciente a la oposición para que puedan seguir siendo capaces de luchar por la libertad de su país".
Reino Unido y Catar urgieron a Asad a dimitir.
"Desde siempre la opinión de Reino Unido fue que Asad tiene que irse y nunca pudimos imaginar una solución que implicara su permanencia", dijo a los periodistas el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague.
Catar, un apoyo clave de la oposición siria, se hizo eco de estas declaraciones.
"Se tiene que alcanzar una solución política para poner fin al conflicto y satisfacer las aspiraciones del pueblo sirio que, como sabemos, pide el cambio de régimen y el cambio del presidente, Bashar al Asad, que insiste en matar a su pueblo", dijo el jeque Hamad bin Jassem al-Thani en Doha.
En la capital de Jordania se reúnen los ministros de Exteriores de Jordania, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Catar, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Turquía y Alemania.
La reunión de Amán está centrada en "Ginebra II", la conferencia prevista para junio e impulsada por Estados Unidos y Rusia para poner fin a la guerra.
Esta conferencia, que debería sentar en la mesa de negociaciones a régimen y oposición, se basará en la declaración de Ginebra firmada por las grandes potencias en junio del año pasado y que prevé el final de la violencia y un gobierno de transición, aunque no hace referencia a la suerte de Asad, principal punto de discordia entre rusos y estadounidenses.
La finalidad de la conferencia sería llegar a un acuerdo sobre la formación de "un gobierno de transición con una autoridad ejecutiva total, basado en un consenso mutuo", subrayó Hague.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, se mostró de acuerdo.
"Hay algunas condiciones, en particular condiciones sobre la participación, que debe ser representativa y no debe incluir a los países que están en contra del éxito", dijo a los periodistas en Amán, en una aparente alusión a Irán, aliado de Asad.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, alabó la "reacción constructiva" del régimen de Asad a la conferencia mientras daba la bienvenida en Moscú al vicecanciller sirio, Faisal Muqdad.
Lavrov también indicó que la iniciativa había sido "dinamitada" por las acciones de la oposición en Siria .
El embajador de Siria en Jordania, Bahjat Suleiman, criticó la reunión de Ammán y la describió como un encuentro de "enemigos de Siria ".
Mientras Damasco ya informó de posibles enviados para participar en la conferencia de Ginebra, la oposición todavía tiene que decidir si acude o no.
La Coalición Nacional Siria se reunirá el jueves en Estambul, donde se espera tome decisiones sobre su liderazgo y sobre su participación en la conferencia.
La reunión coincide con la ofensiva de tropas del régimen de Bashar Al Asad, masivamente apoyadas por el Hezbolá libanés, en la ciudad de de Quseir, en el oeste del país, hasta ahora feudo de los insurgentes.
La batalla por este estratégico enclave, que enlaza Damasco con la costa mediterránea, se está extendiendo al vecino Líbano, donde en los últimos tres días murieron 11 personas y 100 resultaron heridas en combates entre partidarios y opositores al régimen sirio, según una fuente de seguridad libanesa.
La oposición siria urgió a los combatientes de todo el país a apresurarse "en el rescate" de Quseir y pidió a la comunidad internacional la creación de un corredor humanitario hasta la ciudad.
Las tropas del régimen, apoyadas por el Hezbolá, atacaron el miércoles el pueblo de Hamadiyeh, al norte de Quseir, uno de las últimas posiciones en manos de los rebeldes en esta zona, informaron activistas.
"El régimen sirio está recibiendo ayuda del Hezbolá y de Irán. Esto aumentó la amenaza para la estabilidad regional", dijo Hague a los reporteros.