El arresto del exjefe de redacción del diario sensacionalista, puesto que abandonó en el 2009 tras 22 años de desempeño, elevó a 11 el número de sospechosos envueltos en este escándalo periodístico.
Tras prestar declaración en una comisaría londinense, el detenido quedó en libertad bajo fianza, pero enfrenta cargos por actos de corrupción por supuestos pagos indebidos a agentes policiales y interceptación de mensajería privada.
El escándalo de escuchas telefónicas, que amenaza el imperio mediático de Murdoch, provocó, en julio, el cierre del rotativo, la dimisión de colaboradores cercanos al empresario, y la renuncia de varios jefes de la Policía británica.
El caso está ligado al espionaje de mensajes privados en los teléfonos móviles de unas 4.000 personas, entre políticos, miembros de la familia real, celebridades, víctimas de los atentados de Londres del 7 de julio del 2005 e incluso una niña que fue asesinada.
Entre los detenidos, que también se encuentran en libertad bajo fianza, están la exdirectora del periódico Rebekah Brooks, mano derecha de Murdoch en el Reino Unido, y su exdirector Andy Coulson, hasta enero jefe de prensa del primer ministro, David Cameron.
Jonathan May-Bowles, de 26 años, humorista conocido por el nombre artístico de Jonnie Marbles, fue encarcelado tras declararse culpable de agredir a Murdoch.
May-Bowles, quien tendrá que cumplir al menos la mitad de la pena, también fue condenado al pago de una multa por $407.
Murdoch respondió el 19 de julio a preguntas de los legisladores británicos sobre el caso, pero la sesión debió interrumpirse brevemente cuando May-Bowles trató de arrojarle al rostro un plato repleto de espuma de afeitar, sin conseguirlo, pues la esposa del magnate, Wendi Deng, le bloqueó el brazo.