Según la agencia estatal APP, Guilani expresó ayer a la prensa que su Gobierno ya manifestó categóricamente que no habrá cambios en la legislación contra los actos de blasfemia, que contempla castigos de hasta pena de muerte por difamar al profeta Mahoma y de cadena perpetua por profanar el Corán.
Benedicto XVI instó el lunes a las autoridades de Pakistán a suprimir la ley, al considerar que sirve de pretexto para cometer injusticias contra las minorías religiosas.
Algunas voces del Gobierno pakistaní, que encabeza el Partido Popular (PPP) de Guilani, habían abanderado recientemente la iniciativa de modificar esta legislación, sobre todo a raíz de la sentencia a muerte (que fue apelada) de una corte contra la campesina cristiana Asia Bibi.
Entre los defensores de esta opción se encontraba el exgobernador de Punyab Salman Tasir, quien fue asesinado a disparos el 4 de enero por su guardaespaldas en pleno corazón de Islamabad.
El asesino, Malik Mumtaz Hussain Qadri, admitió ante un tribunal el lunes de esta semana que mató a Tasir después de haber asistido a un encuentro religioso en el que un clérigo acusó al líder político de blasfemar.