112284980 US President Barack Obama speaks during a Medal of Honor Ceremony for US Army Private First Class Anthony Kahoohanohano and US Army Private First Class Henry Svehla for their actions during the Korean War, during the ceremony in the East Room of the White House in Washington, DC, May 2, 2011. On September 1, 1951, Kahoohanohano ordered his troops to withdraw from enemy fire, while he stayed behind to fight the enemy alone, using grenades and ammunition until he ran out, then fighting hand-to-hand until he was killed. On June 12, 1952, Svehla threw himself onto a live grenade, saving his fellow troops. AFP PHOTO / Saul LOEB (SAUL LOEB)
La eliminación del cerebro de al-Qaeda le brinda a Obama un capital político enorme y puede transformar percepciones y reafirmar su liderazgo y credenciales en seguridad nacional.
Segundos después de conocerse la noticia de la muerte de bin-Laden, cientos de personas se congregaron frente a la Casa Blanca para celebrar una inyección de moral para el equipo de Obama, enfrentado en estos dos años una crisis tras otra.
Pero las emociones cambiantes del electorado en la política actual, en medio de persistentes condiciones económicas adversas, no permiten dar por sentada la reelección de Obama en 2012.
La economía tradicionalmente tiene un peso decisivo en las elecciones estadounidenses.
Solo 46% de los estadounidenses aprobaban el desempeño económico de Obama el mes pasado, según una encuesta de
No obstante, pase lo que pase en las elecciones de noviembre de 2012, Obama siempre será recordado como el líder estadounidense que eliminó a bin-Laden.
Si el asalto hubiera tenido un resultado diferente, Obama de seguro habría sido aplastado por una montaña de críticas.
Todavía sigue en el recuerdo la operación para liberar rehenes en Irán que salió mal durante la presidencia de Jimmy Carter, quien no fue reelegido.
“Este fue el momento de ‘misión cumplida’ que le fue esquivo a George W. Bush”, manifestó el congresista demócrata Gary Ackerman a la cadena
El congresista republicano Peter King, crítico frecuente de Obama en seguridad nacional, alabó al mandatario.
“Muchas cosas pudieron haber salido mal, pero el presidente tuvo las agallas de seguir adelante”, expresó el político a CNN.
El asesinato de Bin Laden echa por tierra una de las armas republicanas para 2012: caracterizar a Obama como un líder débil e indeciso que constantemente pide perdón a nombre de EE. UU.
A los republicanos se les hará mucho más difícil acusar a Obama de ser tímido ante al terrorismo.