Obama advirtió a Corea del Norte que solo aumentaría su aislamiento si lleva a cabo este lanzamiento, previsto para mediados de abril. Y prometió oponerse al “mal comportamiento” y al “esquema de provocación” de Pyongyang.
“Es difícil tener una impresión de Kim Jong-un, en parte porque la situación en Corea del Norte parece perturbada. No podemos saber con certeza quién tiene la última palabra y cuáles son sus objetivos a largo plazo”, declaró Obama durante una conferencia de prensa en Seúl, en la víspera de una cumbre sobre el tema nuclear, prevista hoy y mañana en la capital surcoreana, reunión ensombrecida por el proyecto de Pyongyang.
Kim Jong-un, de menos de 30 años, sucedió a su padre Kim Jong-il a su muerte a mediados de diciembre . La comunidad internacional sigue de cerca los primeros pasos del nuevo dirigente de este régimen dotado de armas nucleares.
En conferencia conjunta con el presidente surcoreano, Lee Myung-Bak, el líder de EUA también recriminó a Pekín por no lograr abrir el programa nuclear de su aliado a las inspecciones.
Durante la mañana, Obama visitó la zona desmilitarizada (DMZ), una franja de 248 km que parte en dos la península coreana desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953). Materializada por una zona tapón de 4 km de ancho entre ambos países, que no firmaron ningún tratado de paz, la última frontera de la Guerra Fría es una de las más vigiladas del mundo.
“Ustedes están en la frontera de la libertad”, dijo a una parte de los 28.500 soldados estadounidenses destacados en Camp Bonifas.
“El contraste entre Corea del Sur y Corea del Norte no puede ser más estridente, más evidente” que aquí, subrayó el presidente.
Obama tiene previsto reunirse durante la cumbre de hoy y mañana con sus homólogos chino y ruso, Hu Jintao y Dimitri Medvédev.
Un paso adelante parecía vislumbrarse después del acuerdo sellado en febrero entre Washington y Pyongyang en virtud del cual Corea del Norte aceptaba renunciar parcialmente a su programa de enriquecimiento de uranio, a cambio de ayuda alimentaria.
Sin embargo, Norcorea anunció más tarde el lanzamiento de un satélite de observación con fines civiles, considerado por EE. UU. y sus aliados como una nueva etapa en la fabricación de un misil nuclear.
Japón ordenó el viernes la preparación de sus sistemas de defensa antimisiles, capaces de destruir el cohete si representa una amenaza para el archipiélago.
Ni Irán, objeto de sanciones de los países occidentales que sospechan que quiere dotarse del arma atómica, ni Corea del Norte figuran en la agenda oficial de la reunión.