“Le digo con toda humildad y respeto que este es un montaje bancario-financiero imaginario” de Estados Unidos, afirmó Noriega, de 76 años, en el segundo día de su juicio por lavado de dinero del cartel de Medellín en bancos de Francia a fines de los 80.
Vestido con traje negro, camisa blanca y corbata gris, el exhombre fuerte de Panamá entre 1983 y 1989, cuando EE. UU. lo capturó, se declaró “víctima de la misma conspiración que Estados Unidos hizo contra mí en Miami”.
La justicia francesa lo acusa del lavado de 2,3 millones de euros ($2,8 millones) entre 1988 y 1989. Ese dinero fue transferido de cuentas del BCCI de Panamá a Londres y de allí a bancos de París y Marsella (CIC, BNP, BCCI, Credit Lyonnais y Banco do Brazil entre otros).
“En lo que a mi se refiere no proviene del tráfico de droga. Es transparente y honesto de los recursos personales que tengo”, respondió Noriega a la pregunta sobre el origen del dinero hacia Francia.
Interrogado por la presidenta del Tribunal, Agnés Quantin, Noriega aseguró que el dinero procedía de “empresas en las cuales era socio mayoritario” e insistió en que lo enviaba al extranjero para que estuviera seguro pues Panamá “era sometido a un embargo”.
Noriega y su esposa Felicidad, titular de cuentas en Francia y apartamentos en París, fueron condenados en ausencia en 1999 por la justicia francesa a 10 años de cárcel por operaciones financieras con fondos del narcotráfico.