Nueva York. AP El laureado poeta estadounidense Mark Strand, ganador del premio Pulitzer y elogiado por sus versos densos y elegiacos falleció a los 80 años.
Strand, cuya obra fue traducida a más de 30 idiomas, murió el sábado en la mañana en la casa de su hija en Nueva York.
Padecía liposarcoma que se le había propagado a todo el cuerpo y murió pocas semanas después de que recibiera cuidados paliativos, anunció su hija, Jessica Strand.
“(Strand) era un hombre chistoso, elegante, generoso y brillante”, contó su hija.
Y añadió: “Fue un hombre que vivía para trabajar y para estar con sus amigos y la gente a la que amaba”, agregó.
El poeta, de aspecto delgado, pelo blanco y anteojos redondos, siempre fue una personalidad sobresaliente, incluso en el ocaso de su vida.
Recibió varios galardones, como el Pulitzer de Poesía (1999) por Blizzard of One, la medalla de oro de la Academia Americana de Artes y Letras y este otoño fue propuesto al Premio Libro Nacional por Collected Poems.
Fue nombrado poeta laureado 1990–1991, aunque él no consideró este galardón oficial como uno de sus grandes logros.
“Este nombramiento es muy cercano al gobierno. Es demasiado oficial. No creo que la poesía deba tener afiliación oficial”, declaró Strand a AP, en 2011.
“Hay poetas que aspiran a esas posiciones; yo jamás”, apuntó.
Ausencia. Strand es autor de más de una decena de libros de poesía y tiene varias obras en prosa. Le caracterizó la ausencia, la pérdida y el paso del tiempo desde el principio de su carrera, a veces mirando más allá de los contenidos de la página y preguntándose si habría algo más.
Algunas de sus líneas más famosas aparecieron en Keeping Things Whole, un poema del texto Sleeping With One Eye Open, con el que se estrenó en 1964.
Strand también escribió libros infantiles y críticas de arte, contribuyó a la edición de varias antologías de poesía y tradujo al poeta español Rafael Alberti.
Era un escéptico absoluto, incluso hacia la poesía. Tenía pausas ocasionales en las que dejaba de escribir versos; una ocasión riñó con su editor, Alfred A. Knopf, porque éste consideró prosa, no poesía, la colección de poemas de Strand Almost Invisible de 2012.