Damasco (AFP). Los países árabes dieron hoy a Siria un nuevo plazo, hasta mañana, para aceptar el envío de observadores y evitar así más sanciones, a pesar de que la violencia y la represión dejó 23 muertos en ese país.
Estados Unidos y Turquía declararon "perder la paciencia" frente al régimen de Damasco, pero no se percibe ninguna salida a la crisis tanto las posiciones del presidente Bashar al Asad y las de la oposición son antinómicas al igual que las profundas divisiones en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Reunidos en Doha para establecer el mecanismo de aplicación de las sanciones destinadas a obligar al poder sirio a renunciar a la violencia, los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Arabe dieron un nuevo plazo al régimen sirio.
"Contactamos a Damasco durante la reunión y respondimos a sus pedidos de clarificación (...). Pedimos que (los responsables sirios) vengan mañana a Doha para rubricar el protocolo y estamos esperando una respuesta", declaró el primer ministro de Qatar, jeque Hamad ben Jassem ben Jabr al Thani.
El régimen sirio, que ya dejó pasar varios ultimátum de la Liga Árabe sin dar respuesta, había criticado la cláusula sobre el envío de observadores ya que evitaba mencionar la "necesidad" de coordinar sus movimientos en Siria con las autoridades.
Ante la determinación del régimen en reprimir por la fuerza la revuelta, la Liga Árabe decidió el 27 de noviembre anterior imponer, con efecto inmediato, sanciones para bloquear las transacciones comerciales con el gobierno sirio y las cuentas bancarias del gobierno en los países árabes.
Pero dejó al comité que elaboró las sanciones el cuidado de pronunciarse sobre una lista de personalidades sirias cuyas cuentas serán bloqueadas y que tendrán prohibido viajar a los países árabes. Este comité debía también fijar la fecha para que entre en vigor la suspensión de los vuelos comerciales entre los países de la Liga Árabe y Siria, prevista en el marco de las sanciones.
A la espera de la respuesta de Damasco, el comité adoptó en Doha una lista de 19 personalidades sirias que se verán afectadas por estas sanciones y decidió reducir a la mitad los vuelos comerciales desde y hacia Siria a partir del 15 de diciembre.
Al mismo tiempo las fuerzas sirias continuaron reprimiendo las protestas que desde marzo, según la ONU, dejaron más de 4.000 muertos.
En el terreno, al menos 23 personas murieron, entre ellos 11 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres.
En Idleb (noroeste) se registraron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y desertores que dejaron 15 muertos: siete soldados y miembros de las fuerzas de seguridad, así como tres civiles y cinco desertores, según el OSDH.
En la misma región dos manifestantes murieron en operaciones de las fuerzas de seguridad. En Homs (centro) tres civiles murieron y dos más en la ciudad vecina de Rastan. Finalmente un civil murió en la provincia de Deraa (sur), según la misma fuente.
En Turquía, el vicepresidente estadounidense Joe Biden dijo que Estados Unidos y Turquía "pierden la paciencia" frente al régimen de Asad agregando que no era apenas una fuente de inestabilidad en Siria, sino que además amenazaba fomentar conflictos de origen religioso en la región.
"Evocamos la brutal represión en Siria, tema sobre el que tenemos la misma posición, con Turquía: perdemos la paciencia", dijo.
Una línea divisoria se diseñó claramente entre la mayoría del mundo árabe y Turquía (sunita), que sostienen la revuelta conducida por sus correligionarios que son mayoría en Siria, y un arco chiita que incluye a Irán, Irak, la propia Siria y el Líbano, que apoyan a al Asad, un hombre de la minoría alauita, una corriente nacida de la interpretación chiita.
En estos países compuestos por un mosaico de minorías y creados luego de la Primera Guerra Mundial sobre las ruinas del Imperio Otomano, el sentimiento confesional suele imponerse en periodos de crisis.
Por su parte, Burhan Ghaliun, dirigente del Consejo Nacional Sirio (CNS, opositor), pidió que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución fuerte para detener la represión, pero excluyó cualquier mención a una intervención militar.
Rusia y China, aliados del régimen de Damasco, tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad y pueden bloquear toda resolución contra Siria.