Roma AP El presidente de Italia encomendó a Pier Luigi Bersani, líder de centro-izquierda, la difícil tarea de formar un nuevo gobierno viable, que es sumamente necesario a fin de encaminar al país a que salga de la recesión y genere un mayor número de empleos para los italianos.
La elección nacional del mes pasado no dejó un claro ganador, pero el presidente Giorgio Napolitano dijo ayer que Bersani, de 61 años, es el mejor posicionado para crear un gobierno, dadas “las circunstancias muy difíciles”, en una clara referencia a que, aunque el líder político tomó control de la Cámara Baja, el Senado se encuentra dividido.
El resultado electoral dejó en claro que muchos votantes estaban desencantados con los principales partidos políticos y ampliamente divididos para decidir cuáles fuerzas deberían gobernar a Italia en este delicado momento.
Las fuerzas de Bersani quedaron en primer lugar, pero ha descartado formar una coalición con el partido que le siguió, la alianza conservadora del exprimer ministro Silvio Berlusconi. Con esa decisión, se corre el riesgo de alienar aún más a la base de votantes del Partido Democrático de Bersani.
Pero si descarta a Berlusconi, Bersani necesitará ganar el apoyo de la tercera nueva fuerza del Parlamento, un movimiento populista antieuro, fundado por Beppe Grillo, un cómico volcado a la política.
Grillo ha rechazado un voto de confianza para apoyar a alguna fuerza política establecida y para que un nuevo gobierno sea conformado. Sin embargo, algunos legisladores de Grillo rompieron filas el fin de semana y votaron a favor del candidato Bersani como presidente del Senado, dejando entrever que el control del cómico sobre sus legisladores no sería tan sólido.
El politólogo Robert D’Alimonte destacó que, pese a todo, no cree que Bersani tenga posibilidades de formar un nuevo gobierno.
Otros escenarios. Si Bersani fracasa, Napolitano podría recurrir a nuevos rostros como el presidente del Senado, Piero Grasso, respetado exfiscal contra la mafia, señaló D’Alimonte, catedrático de la Universidad LUISS, en Roma. A Grasso se le podría pedir que forme un gobierno técnico con un mandato específico, e incluso redactar una nueva ley laboral.
Bersani dijo que dialogará con las fuerzas políticas en los próximos días, para lograr “un equilibrio entre un gobierno con los cambios deseados y las reformas necesarias” para asegurar el futuro financiero y político.
Las fuerzas centristas de Mario Monti siguen a cargo del gobierno hasta que se nombre uno nuevo.