Rangún. AFP. La opositora birmana Aung San Suu Kyi cumplió ayer 65 años bajo arresto domiciliario, en una jornada marcada por protestas de activistas en el mundo entero y de llamamientos a la junta militar para pedir la liberación de la Premio Nobel de la Paz.
El régimen militar ha mantenido a la dirigente opositora bajo detención durante casi 15 años y le ha prohibido presentarse a las próximas elecciones, que han sido denunciadas por la oposición como un fraude destinado a mantener en el poder a la junta militar.
En un mensaje enviado por su cumpleaños, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elogió “la determinación, la valentía y el sacrificio personal en la lucha por los derechos humanos y el cambio democrático” de Suu Kyi.
“Una vez más pido al gobierno birmano que libere a Aung San Suu Kyi y a todos los presos políticos inmediatamente y sin condiciones, y que les permita construir una Birmania más estable, próspera, que respete los derechos de todos sus ciudadanos”, afirmó.
Unos 400 de sus partidarios realizaron una fiesta en su honor en el norte de Rangún en su ausencia. Los policías vestidos de civil que esperaban afuera fotografiaron y filmaron a las personas que asistieron a esta celebración.
El arresto domiciliario de Suu Kyi fue prolongado 18 meses en agosto de 2009 después de un extraño incidente durante el cual un norteamericano entró a su vivienda.