El procurador salvadoreño de Derechos Humanos, Óscar Luna, aseveró que la reacción de los cuerpos de socorro y autoridades carcelarias fue tardía.
“Tengo conocimiento de que los hechos se iniciaron a las 5:40 a. m. y que los bomberos llegaron a las 6:20 a. m. Eso demuestra que no hubo respuesta inmediata y que quizás pudo haberse evitado la muerte de tantas personas”, manifestó el funcionario en conferencia de prensa.
El fuego ocurrió en el sector uno del Centro Alternativo de Jóvenes Infractores (CAJI), en Ilobasco, Cabañas (75 km al noreste de San Salvador), y comenzó presuntamente por un cortocircuito. No obstante, el director del centro, Ernesto Campos, no descartó que el fuego haya sido producto de alguna rencilla interna, de acuerdo con declaraciones a la prensa y a las que tuvo acceso
“En abril se dio una división interna de la Mara-18, precisamente en el sector uno del penal. De hecho, hubo que rescatar a tres internos que iban a ser asesinados por sus mismos compañeros”, recordó Campos.
La deflagración se produjo semanas después de que varios organismos internacionales de derechos humanos y la Iglesia Católica criticaron las deplorables condiciones y hacinamiento de las cárceles de El Salvador.
El sector incendiado contaba con 42 reclusos, 16 de los cuales murieron, 22 resultaron con quemaduras y fueron hospitalizados, y solo cuatro salieron ilesos, informaron las autoridades.
Campos rechazó las acusaciones del procurador Luna al afirmar que tan pronto oyeron los ruidos de los internos fueron a abrir los candados para auxiliarlos. “Muestra de ello es que rescatamos a 27. Acuérdense que las llamas y el humo demoraron un poco el auxilio inmediato, pero el personal estuvo inmediatamente en el lugar”.
La mayoría de los sobrevivientes están hospitalizados por la gravedad de sus quemaduras, declaró el socorrista Carlos Fuentes, de los Comandos de Salvamento. “Nunca había visto tanta angustia por el fuego, el humo y el grave estado de los que sobrevivieron”, agregó.
El centro afectado es un penal intermedio donde purgan su castigo reos de La Mara-18 condenados por extorsión, violación, robo y asesinato. Este último es el delito más frecuente. La particularidad de esta cárcel es que los internos (con edades de 18 a 25 años) fueron condenados cuando eran menores de edad y descontaban sus penas en otras prisiones. Una vez cumplidos los 18 años, los mareros fueron llevados al penal donde se produjo el incendio.
Campos añadió que no se trasladarán los reos de los otros tres sectores pues todo está en condiciones normales. “No activamos el estado de emergencia porque la situación fue controlada y la integridad del centro garantizada”.