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Un grupo de pilotos de la compañía aérea alemana Lufthansa se manifiesta durante una huelga de pilotos, en el aeropuerto de Fráncfort (Alemania). (EFE.)
Fráncfort
La compañía aérea alemana Lufthansa suprimió este miércoles la casi totalidad de sus vuelos, debido a una huelga de pilotos de tres días por reclamaciones salariales, que afectará a 425.000 pasajeros.
La huelga, por iniciativa del poderoso sindicato Cockpit, obliga a Lufthansa, a su servicio de flete Lufthansa Cargo y a su filial de bajo coste Germanwings a anular 3.800 vuelos.
El coste financiero de la huelga es evaluado por la compañía en un número de "dos cifras en millones".
"La consecuencia económica causada por esta huelga es ya enorme" dijo en conferencia de prensa Werner Knorr, jefe de servicios aéreos de Lufthansa.
Esta huelga, la más importante de la historia de Lufthansa según la prensa alemana, se produce en el peor momento para la compañía aérea, que lleva a cabo un amplio plan de restructuración y hace frente a una creciente competencia en Europa.
Cockpit, qui asegura tener en total 9.000 adherentes de varias compañías, llamó a los pilotos de Lufthansa a cesar el trabajo desde el miércoles a las 0H00 (22H00 GMT del martes) hasta el viernes a las 11.59 p. m. hora local (21H59 GMT), para exigir alzas salariales y mejoras en las condiciones de carrera de los pilotos.
Este miércoles, en el aeropuerto de Fráncfort, primero de Alemania y tercero de Europa, la situación era tranquila y sin que se formaran colas en los terminales. Las pantallas anunciaban que las tres cuartas partes de los vuelos habían sido anulados, pero los pasajeros de los vuelos mantenidos tomaban sus aviones de forma normal, constataron peridodista de la agencia AFP.
El jueves pasado, Lufthansa ya tuvo que anular más de 600 vuelos debido a una huelga del personal de tierra en los principales aeropuertos alemanes, esta vez convocados por el sindicato de servicios Verdi.
Esta huelga de pilotos de tres días tiene poco apoyo en Alemania, donde se los considera uno privilegiados. Entre otras reivindicaciones salariales, los pilotos quieren una prejubilación a los 55 años, mientras la dirección quiere elevarla a 60 años a partir de 2017.
