París. AFP El Gobierno francés envió ayer a 284 gitanos a Rumania, con la voluntad de acelerar las expulsiones, pese a la presencia de dos ministros rumanos en París y de las críticas internacionales.
Con los vuelos de ayer, ya suman 8.313 gitanos rumanos y búlgaros que regresaron a su país de origen mediante un retiro voluntario, según dijo el ministro de Inmigración, Eric Besson.
Besson divulgó las cifras durante la visita a París de dos ministros rumanos, y después de que la Comisión Europea expresara su inquietud sobre esta la política francesa.
Uno de los dos responsables rumanos, Valentin Mocanu, secretario de Estado encargado de la Integración de los gitanos, advirtió de los riesgos de que se derive hacia el racismo y la xenofobia.
Mocanu fue recibido, junto con su colega Dan Valentin Fatuloiu, secretario de Estado de Orden y Seguridad Pública, por el ministro del Interior francés, Brice Hortefeux, Besson y el secretario de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche. Este último indicó que los responsables de los dos países acudirán a la Comisión Europea de Bruselas tras una reunión en Bucarest, prevista entre ministros franceses y rumanos en setiembre.
Ayer, Amnistía Internacional denunció la estigmatización de toda una comunidad y una relación peligrosa establecida por el Gobierno francés entre extranjeros y criminalidad.