Ex rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han manifestado a su salida del cautiverio que cuando han muerto en el pasado jefes guerrilleros en operativo militares sus captores endurecen su trato hacia ellos.
“Más que esa satisfacción que siente el pueblo colombiano, nosotros los familiares de los secuestrados lo que sentimos es angustia”, declaró a periodistas Gloria Marín, esposa del policía Carlos José Duarte, secuestrado por las FARC en 1999.
“No sabemos lo que pueda representar para ellos allá en la selva esta muerte, la rabia que puede sentir en este momento la guerrilla”, agregó.
Este comentario fue compartido por otros familiares de los cerca de 18 integrantes de las fuerzas de seguridad colombianas secuestrados, a quienes la guerrilla pretende intercambiar a través de un canje humanitario por guerrilleros presos en cárceles.