Dicha cruz de madera, instalada espontáneamente por guías
Por primera vez en Polonia, país con un 90% de habitantes que se declaran católicos, varios miles de personas se manifestaron de forma espontánea el lunes contra una cruz en un espacio público.
“Es un fenómeno nuevo, estos jóvenes cuestionan a la Iglesia como institución, más que la religión”, estima el sociólogo Edmund Wnuk-Lipinski.
Reunidos delante del palacio presidencial, los manifestantes se burlaron de los defensores de la cruz, entonando canciones infantiles. Algunos se presentaron disfrazados de personajes de la saga de la
Al día siguiente, martes, un millar de integrantes del campo adverso fueron a recogerse delante de la cruz que quieren mantener ahí hasta la construcción en el mismo lugar de un monumento dedicado al presidente Kaczynski y a las otras víctimas de la catástrofe.
“La querella de la cruz constituye un frente simbólico de lucha entre los partidarios de los valores patrióticos y católicos, representados por el partido conservador Derecho y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del presidente difunto, y los defensores de una sociedad cívica donde cuenten poco esos valores”, explica Janusz Czapinski, experto en psicología social.
“Un aspectos importante del conflicto es la querella por el lugar de la Iglesia y sus símbolos en la vida pública. La determinación de los defensores de la cruz delante del palacio presidencial hace crecer el número de adversarios”, estima.
El caso puede reforzar al partido social-demócrata SLD, tercera fuerza política polaca después de los liberales en el poder y de la oposición conservadora.
El SLD denuncia abiertamente el concordato entre la Iglesia y el Estado, firmado en 1993, que confiere a la Iglesia un gran espacio en la vida pública.
Los militantes social-demócratas lanzaron el martes una colecta de firmas para llamar al respeto de la Constitución y la defensa del carácter laico del Estado que sumó unas 2.000 firmas el primer día.
El jueves, terció la Iglesia.
“A todos aquellos que rezan delante de la cruz debemos decirles que, a pesar de su buena voluntad, están siendo explotados con fines políticos. Pedimos a todo el mundo que haga posible el traslado de la cruz”, declaró a la prensa el secretario del episcopado, monseñor Stanislaw Budzik.