Roma. AFP. El jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, es considerado “corresponsable de corrupción” en la compra en 1990 de la casa editorial Mondadori, según las motivaciones de la sentencia publicadas ayer por el juez que lo condenó a pagar una millonaria indemnización.
“Es posible considerar, y sólo en el marco del presente proceso civil, que Silvio Berlusconi es corresponsable de corrupción”, escribió el juez , Raimondo Mesiano.
La compañía matriz dueña de otras empresas de Berlusconi, Fininvest, fue condenada el sábado a pagar 750 millones de euros de indemnización al grupo CIR del industrial Carlo De Benedetti, enemigo histórico del jefe de gobierno.
“La corresponsabilidad de Silvio Berlusconi tiene como consecuencia lógica la responsabilidad de Fininvest”, sostiene el juez quien decretó el pago de la millonaria sanción por “daños al patrimonio” causados a esa empresa al haber perdido el control de la mayor casa editorial del país.
En el 2007, la justicia condenó por soborno a los abogados y al juez del caso afirmando que la sentencia de 1991, que daba razón a Berlusconi para hacerse con el control de Mondadori, fue “comprada”.
Para el juez Mesiano, no es posible que una transferencia del valor de $3 millones efectuada por Fininvest para comprar el veredicto favorable, “haya sido decidida o efectuada sin el consentimiento del representante legal” de Berlusconi.
El grupo industrial de De Benedetti controla actualmente la revista L'Espresso y el diario de oposición de izquierda La Repubblica , la publicación que mayor espacio ha dado a los escándalos sexuales y políticos del primer ministro.
La hija mayor de Berlusconi, Marina Berlusconi, presidente de Fininvest, dijo que el grupo presentará recurso contra la sentencia.
Este asunto se ha convertido en un nuevo escándalo que sumar a los muchos frentes que Berlusconi tiene abiertos en Italia y por los que su partido, el gobernante Pueblo de la Libertad (PDL) , denuncia una auténtica campaña de acoso y derribo contra el político por la que pretenden manifestarse en la calle para ganar algo de apoyo para la agrupación.
Los periódicos italianos Il Messaggero y La Stampa reprodujeron ayer declaraciones que el primer ministro ha hecho a sus allegados, en las cuales confiesa que le dan ganas de abandonar Italia, pero que no tirará la toalla.