Bruselas. AFP Voces discordantes dentro de la Iglesia Católica belga abrieron el debate sobre el celibato de los sacerdotes, un principio sobre el que el Vaticano se mantiene firme, pero que es cuestionado por fieles, tras el escándalo de pedofilia que salpicó a la institución.
Dos obispos belgas abogaron por un replanteamiento de la obligatoriedad del celibato, señalado como una de las causas de la pedofilia, un fenómeno que dio en todas las congregaciones religiosas del país en los últimos 50 años, según un reciente informe.
“Creo que la Iglesia debe examinar si conviene conservar el carácter obligatorio del celibato. Deberían poder convertirse en religiosos las personas a las que les es humanamente imposible respetar el celibato”, según declaró el obispo de Brujas, Jozef de Kesel.
Otro obispo, Patrick Hoogmartens, opinó ayer que no sería una “estupidez” que los hombres casados sean sacerdotes.
Por su parte, la Conferencia Episcopal belga señaló que en cualquier caso es la Iglesia Católica universal la encargada de iniciarlo.
El papa Benedicto XVI es un gran defensor del carácter sagrado del celibato de los sacerdotes, que en junio lo calificó como el mejor antídoto contra el pecado.
La cuestión resurgió con la publicación, el 10 de setiembre, de un informe que reveló más de un centenar de testimonios de víctimas de abusos sexuales por parte de eclesiásticos entre los años 1950 y 1980.
Impuesto desde el siglo XII para responder a las derivas sexuales de muchos de los sacerdotes, el celibato no se aplica, por ejemplo, a otras corrientes cristianas, como los anglicanos, quienes pueden contraer matrimonio.