Un grupo de pistoleros se enfrentó ayer con militares cerca del poblado de Benito Juárez sobre la autopista que une a Monterrey (polo industrial y tercera ciudad del país) con Reynosa, ciudad limítrofe con EE. UU. En el hecho murieron cuatro hombres, según la Policía.
Esta balacera se produjo a menos de 24 horas de que 25 miembros de un grupo de pistoleros murieran al enfrentarse con el Ejército en una hacienda entre Monterrey y Ciudad Mier, también fronteriza con Estados Unidos y cercana al poblado de General Treviño.
El Ejército informó de que en este enfrentamiento se rescató a tres secuestrados y se incautaron de fusiles, municiones y 23 vehículos, dos pintados con características de vehículos militares.
Los soldados han asumido funciones de control en varias zonas del estado de Nuevo León, tras la renuncia en los últimos meses de numerosos policías locales ante el temor generalizado por el creciente poderío del narcotráfico.
Los estados de Nuevo León y su vecino Tamaulipas, en el noroeste de México, han sido sacudidos desde la semana pasada por una escalada de violencia tras la matanza de 72 migrantes de Centro y Suramérica secuestrados cuando iban hacia Estados Unidos, atribuida al cartel de Los Zetas.
Esta escalada ha incluido cinco atentados explosivos, entre ellos dos coches bomba contra una sede policial y un canal de televisión en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, y el asesinato de un alcalde.
El Gobierno asegura que detrás de la violencia en Nuevo León y Tamaulipas se encuentra una disputa entre Los Zetas y cartel del Golfo.
Los Zetas, grupo de exmilitares que en los años noventa se unieron como pistoleros al cartel del Golfo, pelean desde febrero con sus exjefes por el control de rutas para llevar drogas hacia EE. UU.
La violencia creciente expresa “una guerra cada vez más cruenta entre los grupos del crimen organizado en su disputa por territorios, mercados y por rutas” que vive México, admitió el presidente Felipe Calderón al presentar su cuarto informe anual de gobierno el jueves.
Agregó que la violencia evidencia la desesperación actual del crimen organizado.