Tuscaloosa, EE. UU. AFP. Organismos de asistencia y miles de voluntarios intentaban ayer desplegar entre los escombros la ayuda a miles de damnificados por el paso de los peores tornados en casi un siglo en Estados Unidos, que dejaron al menos 350 muertos.
Máquinas removedoras trabajaban ayer sacando árboles de calles y viviendas a las que los pobladores regresan cada día a buscar pertenencias y objetos.
Equipos de emergencia, dotados con perros rastreadores de cadáveres, trabajaban en Tuscaloosa y otras ciudades de Alabama, en busca de nuevas víctimas.
El número de desaparecidos es impreciso ya que “muchas personas que son ubicadas por sus familiares no reportan luego a la policía”, manifestó el alcalde de Tuscaloosa, Walt Maddox.
Cerca de 2.000 personas resultaron heridas en Alabama en lo que se ha convertido en la segunda ola de tornados más mortíferos de la historia de EE.UU. tras los ocurridos en marzo de 1925 que dejaron 747 muertos.
En Tuscaloosa, una de las zonas más afectadas, 800 reservistas de la Guardia Nacional fueron desplegados para proteger propiedades que quedaron literalmente partidas a la mitad, sin paredes y con todas las pertenencias desparramadas.
“Tenemos todavía muchas semanas de trabajo por delante. Esto es una montaña de nada, solo escombros por todos lados”, expresó Charlie Heins, quien trabajaba con una máquina topadora en una vivienda hecha escombros.
Gran parte de la ciudad de Tuscaloosa y otros distritos del estado continuaban sin energía, teléfono ni agua, según informó la Agencia de Manejo de Emergencias de Alabama (EMA).
“He venido a ayudar a mi amigo a juntar sus cosas. Perdió sus computadoras donde tenía todos sus archivos con proyectos y estudios de ingeniería”, narró Rick Manson, estudiante de ingeniería en la Universidad de Alabama.
Los esfuerzos de asistencia fueron seriamente complicados por los daños que sufrieron muchos de los organismos encargados, como bomberos, estaciones de policía y agencias locales.