La mujer esquelética que casi, casi, simulaba ser un niño quedó atrás. En su lugar, la latina y “curvilínea” tomó las pasarelas y con ello cambió el esquema de la tan ansiada figura de 90, 60, 90. No obstante, eso no fue suficiente.
La mujer esquelética que casi, casi, simulaba ser un niño quedó atrás. En su lugar, la latina y “curvilínea” tomó las pasarelas y con ello cambió el esquema de la tan ansiada figura de 90, 60, 90. No obstante, eso no fue suficiente.