Etiquetas silvia hernandez

La discusión que tengamos hoy sobre el desarrollo obliga a que sea distinta a la de otros tiempos: debe ser una discusión más respetuosa, más plural, más democrática, en el buen sentido. Una conversación que reconozca que el mundo desarrollado no tiene ni el dinero para imponer un camino hacia el desarrollo, ni el monopolio de las buenas prácticas para imponer política pública.