Un zumbido de libélulas batió el aire. La espuma de las olas rizaba la arena de un mar esmeralda. Abajo, la ciudad y su gente parecían hormigas sobre un mantel blanco. Los crisantemos se abrían al amanecer.
Un zumbido de libélulas batió el aire. La espuma de las olas rizaba la arena de un mar esmeralda. Abajo, la ciudad y su gente parecían hormigas sobre un mantel blanco. Los crisantemos se abrían al amanecer.